“En los libros está la sabiduría del hombre, es allí donde se consiguen las herramientas para ser mejor ser humano, para ser bueno” y sobre esta premisa está sustentado el concurso de Lectura Oral que se desarrolla desde hace una década y media en el Colegio San Vicente de Paúl de Barquisimeto.
Este año, la iniciativa ha sido fortalecida con la participación del docente César Peralta, experto en lecto-escritura, quien desde principios del año escolar fue designado coordinador del área y responsable del concurso al cual le ha brindado especial dedicación y entusiasmo.
“Esta designación me mantiene motivado y me ha dado motivos para seguir adelante con mi pasión por la enseñanza de la lectura”, contó el docente de 80 años, quien además es padre de la reconocida periodista Yayett Peralta.
La celebración del Día Internacional del Libro, que tiene lugar cada 23 de abril, es el marco fundamental del concurso y de allí que la selección de los ganadores, de los mejores lectores orales, una niña y un niño por cada grado, se produce cerca de la fecha.
En el concurso de Lectura Oral Hermann Garmendia también participan los docentes Regina Kiulkaitis y Gilmer Valderrama, junto a observadores e invitados especiales, bajo la supervisión del profesor Pablo Martínez y Jesús Vega, quienes tienen la ardua tarea de escoger a los mejores.
Se conoció que evalúan articulación de las palabras, entonación, tono de voz, uso correcto de los signos de puntuación, pronunciación, atención y respiración.
Este año participan 607 niños, de segundo a sexto grado de educación primaria. Se encuentran en la fase de semifinales, que consiste en la selección de los lectores orales más destacados en cada sección y de allí escogerán a una hembra y varón ganador, por cada grado, para un total de 10 triunfadores que recibirán reconocimientos.
Preparación previa
El concurso se inició oficialmente el 3 de abril, pero la preparación de los estudiantes comenzó hace seis meses de la mano del profesor Peralta, quien con paciencia y dedicación visitó, una vez por semana, cada uno de los grados para realizar prácticas de lectura con cada uno de los alumnos.
Su trabajo incluye una selección minuciosa de la lista de libros, adaptados al nivel educativo de los estudiantes. “El trabajo de aula previo, entre septiembre y marzo, incluye la motivación, el diagnóstico de lectura (excelente, corrida, vacilante o silábica) de cada estudiante y el acompañamiento a quienes necesiten mejorar”.
En un minuto se pueden leer entre 120 y 125 palabras, cuando se lleva un buen ritmo, apuntó el docente y esa es una de las características que se toman en cuenta en las prácticas de lectura oral.
“Hay estudiantes que sólo alcanzan a leer 60 palabras, en ese lapso, y es allí cuando realizamos un trabajo de nivelación con las clases aparte que ofrezco en mis ratos libres. Tenemos casos de alumnos rezagados que han llegado a ser calificados como excelentes”.
La Odisea de Homero, en una versión infantil, Félix, el torbellino de Joachim de Masanneky, El lazarillo de Tormes de Diego Hurtado de Mendoza, son algunos de los libros que son leídos en el concurso de este año, el cual lleva el nombre del escritor, periodista, historiador, humorista y crítico de arte barquisimetano Hermann Garmendia, como homenaje a su centenario y su obra.
Se trata de un proyecto inédito que este año se extenderá hasta el 30 de abril. Involucra a toda la comunidad educativa y, según Peralta, el apoyo de los padres y el trabajo en casa ha sido fundamental para el fortalecimiento de muchos estudiantes.
Es el primer año que el concurso se basa en la lectura dirigida, el primer día hábil de abril iniciaron las audiciones de los niños, en cada grado y la evaluación.
El entusiasmo de los pequeños, entre 8 y 12 años, se traduce en una mejoría comprobada de la lectura oral.
“Este trabajo es parte de una política de Estado que poco se cumple”, comentó Peralta y dijo que su aspiración es que la experiencia sirva de inspiración y se replique en otros planteles de la región y del país.
“Utilizamos recursos variados”, expresó y mostró un texto en el que está marcado el nombre del alumno que leyó cada capítulo y la calificación obtenida.
“La lectura es importante porque nos aumenta el grado de comprensión, la curiosidad, la imaginación y el afecto hacia el docente y hacia los padres, porque nos permite estrechar lazos”, señaló. Además, permite mejorar la ortografía, la redacción, ampliar el vocabulario y el desenvolvimiento de las personas, desde el punto de vista didáctico.
Lectura silenciosa
De la experiencia de lectura oral surgió la idea de realizar en el mes de mayo un concurso de lectura silenciosa, cuyo objetivo será evaluar el nivel de comprensión de los estudiantes.
“Este nivel de comprensión o entendimiento será clasificado en alto, mediano o bajo, se medirá mediante unas preguntas que deberán responder tras realizar determinada lectura”, explicó.
En el área de la lecto- escritura se valen de recursos como libros de cuentos y poemas, enciclopedias, periódicos y textos de internet, para darle un uso positivo a las nuevas tecnologías.
Un gusto prometedor
Peralta afirmó que a un alto porcentaje de alumnos del Colegio San Vicente le gusta leer. “En segundo grado estábamos leyendo un texto que se llama La mar está agitada y le pedí a los estudiantes que se lo aprendieran, para la próxima clase (que sería dentro de 8 días) y, como a los 10 minutos, una niña me dijo que ya se la sabía y me recitó la poesía de 10 estrofas”, dijo a modo de anécdota y como ejemplo de las capacidades que pueden desarrollar los niños.
“Esa niña me dijo que su mamá estaba en estado y que cuando su hermanito naciera le quería dedicar esa poesía”.
Por otro lado, “hay una niña que todos los años gana, porque es excelente y no la podemos apartar, y muchas de sus compañeras han comentado que no debería participar, pero nosotros les decimos que si ellas quieren ganar también deben leer, practicar y atender a las recomendaciones que hacemos los docentes; con esto fomentamos valores y democracia”.
En cada escuela deben promocionarse este tipo de iniciativas que fomentan la sana competencia entre los estudiantes y además los motiva.
“Enseñar a leer y a comprender, es un acto de amor, de desprendimiento, de generosidad”, concluyó Peralta.