La sociedad civil continúa desplegada en las calles. Para este sábado la Mesa de la Unidad Democrática programó la Marcha del Silencio, en honor a los fallecidos en las últimas jornadas.
Fueron cinco los puntos de concentración en Barquisimeto. Un grupo se congregó en la plaza Macario Yépez, y otros en la avenida Vargas con Venezuela, la cancha del Obelisco, el Parque Ayacucho y el sector Pata e’ Palo.
Alrededor de las 10:00 de la mañana salieron los ciudadanos, identificados por portar una vestimenta blanca, tal y como se había previsto. En silencio y recogimiento arrancó este acto en donde se unieron sectores políticos, sociales y religiosos en una misma plegaria. Algunos rezaban el santo rosario mientras iban caminando, otros entonaban canciones de alabanza. La Santa Biblia, el rosario y los crucifijos “eran las armas” de estos ciudadanos que aseguraban que estaban en un batalla religiosa por restaurar la situación política y social del país.
La diputada María Teresa Pérez recordó que hoy más que nunca hay que orar por todos aquellos que han muerto en manos de la inseguridad, la falta de medicina, los detenidos en la lucha por una mejor Venezuela y todos lo que han sido víctimas de un Gobierno que es “ciego y sordo” al clamor de su pueblo. “Esto es una lucha del bien contra el mal”, expresó Pérez.
En tanto, el coordinador de la Mesa de la Unidad Democrática en el estado Lara, Macario González, destacó que en cada estado, miles de venezolanos se trasladarían hacia la Conferencia Episcopal, Arquidiócesis y parroquias, donde le pedirían a Dios que los ilumine a todos para encontrar una salida pacífica a esta dramática situación que afronta el país y cesen las represiones, muertes y presos. Así mismo ratificó que es una lucha no violenta.
Es importante destacar que seguidores del chavismo se han incorporado paulatinamente a las protestas de calle, según lo informó el coordinador del partido Izquierda Democrática, Armado Prado. Para él, el chavismo de base y honesto se ha percatado de que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro es dictatorial; envió un mensaje a todos barquisimetanos para que dejen de un lado sus creencias políticas y se unan para defender la democracia y la construcción de la nueva Venezuela.
Cientos de ciudadanos llegaron al punto de encuentro en la ciudad, la Catedral de Barquisimeto. Los jóvenes de Acción Democrática realizaron una cadena humana y se colocaron una mordaza en donde tenían escrito los valores que desean para su país. La bandera de Venezuela estaba por doquier dentro de la iglesia. Fue colocada una en el altar principal, en los hombros de decenas de feligreses e inclusive crearon una con globos.
El gobernador Henri Falcón por primera vez participó en una marcha en Barquisimeto, a lo largo de esta jornada de protesta. Destacó que es momento de pedir un cambio en los destinos del país, y este solo es posible con la aplicación de las leyes y en unidad. “Esta es una marcha en donde nos conseguimos una vez más unidos. El presidente debe dar el ejemplo para avanzar hacia caminos de paz y debe entender que la salida tiene que ser electoral”. Lo mismo opinó el alcalde Alfredo Ramos al referirse a que el pueblo ya perdió el miedo y se mantendrá en las calles hasta que vean un cronograma electoral.
La eucaristía estuvo presidida por el vicario general de la Arquidiócesis, Oswaldo Araque. En medio de la homilía el sacerdote respondió a una pregunta que la habían hecho a lo largo de toda la semana: “¿Porqué miembros de la iglesia participan en esta lucha?” A lo que respondió que él sufre de diabetes y también sabe lo que es no conseguir sus medicamentos y conoce cómo sus feligreses padecen por no tener cómo alimentar a sus hijos.
Araque recalcó que solo iba a hablar de las escrituras, y que a lo largo de ella Dios ha señalado cuál es el camino de la libertad y de la justicia. Agregó que el primer paso es colocar a Dios dentro de los corazones de cada venezolano y que juntos, todos los hijos de una misma iglesia, podrían liberarse del “faraón” que esclaviza al pueblo. Su llamado fue a trabajar en unidad con Dios en el corazón y sin miedo. A lo que los oyentes eufóricos respondieron: “No tenemos miedo”.