En un escenario de protesta, las pérdidas son irreparables. Algunos pierden la vida y otros el patrimonio familiar.
Tras diez años de caída económica, acentuada en los últimos tres, el comercio formal se ha reducido de manera significativa y los pocos establecimientos que persisten abiertos lo hacen en medio de arduas complejidades. Si a esta escena se le suman destrozos y saqueos, el resultado es letal.
Con motivo de las recientes expresiones de calle, diversos comercios de Lara han resultado perjudicados y, más allá que los autores materiales de los daños sean “tarifados de la derecha”, “infiltrados del gobierno” u oportunistas, los afectados son propietarios, empleados y comunidad que se benefician de los productos y servicios prestados por dichos negocios.
La reposición de daños no tiene fecha en el calendario. Al consultarles cuánto tiempo esperan que les tome reparar y retomar las condiciones previas al saqueo, la respuesta es un silencio con sensación de incertidumbre. Una inflación aproximada de 700 % y una reducción de la economía del – 16,7 % en 2016, complica cualquier proyecto financiero. Si mantener un negocio en marcha es difícil, aún más es comenzarlo de nuevo.
En Lara, el lunes 10 de abril saquearon la tienda de Helados Cali, ubicada en la avenida Vargas, y un abasto asiático de nombre Parkai, situado en la Piedad Norte, en Palavecino.
El martes 11 del mes, en medio de un repentino corte eléctrico, un grupo de aproximadamente 20 personas irrumpió en el Centro Comercial El Recreo, ubicado en la avenida Libertador. El saldo fue de nueve establecimientos saqueados, entre estos la tienda de electrodomésticos con presencia nacional, Mundo Samira.
El miércoles 12 la escaramuza se trasladó a la zona norte de la ciudad, donde fueron objeto de asalto y destrozo locales comerciales de diversos rubros, como cauchera, heladería, expendio de comida china, abasto y tiendas de ropa.
En el estado Miranda y más recientemente en la parroquia El Valle de Caracas (17 negocios) y en Barinas, también se registraron pérdidas millonarias.
Los destrozos redundan en una pérdida de credibilidad en la sociedad venezolana, en el sector económico, que acentúa la desconfianza y sacan punta a un fuerte desprestigio que sigue alejando a la inversión nacional y extranjera.
Recuperar los daños
En un recorrido realizado días después por los establecimientos afectados, se observó que en su mayoría los locales se mantienen cerrados. El temor continúa y las pérdidas aún se contabilizan. Propietarios y empleados siguen meditando una solución.
Grey Suárez, encargada de la Heladería Pipos, ubicada en la zona norte, relata que aún se adaptan a trabajar sin parte del equipo. El miedo no sólo los sienten los trabajadores, sino también los clientes, que visitan el lugar en medio de temores.
En este caso la pérdida asciende a Bs. 4 millones y, aunque las condiciones de trabajo son restringidas, laboran hasta las 6:00 de la tarde. Los cinco trabajadores de la tienda agradecen a los propietarios que se mantengan laborando.
Establecimientos de la zona aún evalúan si abrir o no. Quienes no fueron saqueados reconocen la suerte de haber cerrado antes de las 2:00 de la tarde el 12 de abril, cuando no habían iniciado los disturbios.
No obstante, otros establecimientos decidieron no abrir más sus puertas. La zapatería saqueada en el Centro Comercial El Recreo, de la cual los asaltantes hurtaron un zapato de cada par en exhibición, decidió cerrar, según “rumores” de los locatarios vecinos. En el lugar, no se aprecian mobiliarios ni equipos de ningún otro tipo.
La tienda de electrodomésticos y artículos del hogar, también ubicada en el centro comercial, Mundo Samira, igualmente mantiene sus puertas cerradas. A diferencia del día posterior al saqueo, cuando la escena era de vidrios rotos y anaqueles con escasa mercancía, la escena de esta semana es de desalojo total.
Vale destacar que el día 12 de abril, Alejandro Mora, gerente de operaciones de Mundo Samira a escala nacional, aseveró que la pérdida era aproximadamente Bs. 100 millones y que el saqueo se daba luego de un mes en el que la tienda registró caídas en las ventas del 60 %.
El centro comercial decidió reforzar la puerta principal, la cual fue violentada la noche del asalto. Sin embargo, los demás locales saqueados, entre estos una tienda de perfumes y otra de telefonía móvil, permanecen cerrados.
Para Cipriana Ramos, presidenta del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), los costos de reposición son “impagables”, debido a las limitadas condiciones de la economía actual.
-A menos que recibas un crédito blando, los costos de la reposición son impagables, porque los empresarios nos hemos ido comiendo el patrimonio comercial y familiar. En estas circunstancias meternos la mano en el bolsillo para recuperar un negocio para el cual no hay seguridad ni garantía alguna, es imposible. No lo van a hacer porque se sigue corriendo el mismo riesgo.
¿Hambre o no?
En declaraciones del Comandante Luis Reyes Reyes, presidente de la Corporación de Desarrollo Jacinto Lara (Corpolara), tras ataques a la sede de la Corporación Venezolana de Alimentos (Cval) en Barquisimeto, se trata de grupos organizados de la oposición que planean estos saqueos, a fin de abanderar la teoría de que “el pueblo tiene hambre”. Sin embargo, sólo pocos asaltos están relacionados con comercio de productos básicos.
Sin embargo, la situación es lamentable. Para la presidenta del Consecomercio, se trata de “delincuencia organizada en la caza de oportunidades para saquear”.
Respecto a la hipótesis de que saquea quien tiene hambre, expresó que “responsabilizar al pobre de lo que está pasando es injusto” ya que “el pobre no saquea, no delinque, el pobre tiene dignidad”.
Subrayó que si se toma en cuenta que la pobreza alcanza, según encuestadores, al 80 % de la población, “hubiese saqueo en todas las calles de Venezuela… pero no, el venezolano trabaja con dignidad”, por lo que insistió que se trata de hechos vandálicos, en oportunidad de circunstancias como la oleada de protestas. Aseveró que son hechos puntuales.
El balance es de 80 negocios atracados a escala nacional y “comercio saqueado difícilmente vuelve a abrir sus puertas”. Como ocurrió con los asaltos de 2016 en Cumaná y Bolívar, donde los pocos establecimientos que han registrado alguna recuperación, lo han hecho tras la entrega de créditos blandos otorgados por el Gobierno.
-El deber es que evitemos y no que reconstruyamos los daños… y se evita con la protección debida del gobierno, responsable de la seguridad de las personas y los bienes.
La presidenta de Consecomercio subrayó que no son los privados los responsables de la seguridad en el país, sino el mismo Ejecutivo Nacional.
A su juicio, debe haber un gobierno responsable que proteja entonces los negocios, para evitar estos males. “Cuando el gobierno actúe, proteja a los comerciantes y detenga a quienes realmente saquearon esos negocios, el ambiente será de menos zozobra”.
Es el gobierno quienes tienen que “atajar” los hechos de violencia y saqueo, así como prestar mayor resguardo en situaciones especiales, como ocurrió en el apagón del pasado 11 de abril en Barquisimeto, escenario que resultó idóneo para perpetrar el saqueo a locales del Centro Comercial El Recreo. “Deben mover sus fuerzas y no dejarnos desprotegidos”.
El venezolano necesita que el Estado garantice seguridad, no sólo física, sino jurídica y de otros tipos, así como equilibrio del ejercicio democrático y agenda electoral.
Rechazo desde Lara
Rita Betancourt, presidenta de la Cámara de Comercio en Lara, lamentó las pérdidas del sector.
Apuntó que ante la situación actual, la Cámara de Comercio sostiene que es menester buscar los mecanismos democráticos y solicitar la aplicación de las acciones necesarias para llevar a buen término al país.
Rechazó la presencia de personas violentas en la protesta pacífica de calle, quienes a su juicio “amedrentan a quienes ejercen su legítimo derecho a manifiestan por la libertad del país”.
– Hoy por hoy vemos con tristeza la pérdida de jóvenes a quienes se les han truncado su destino.
Subrayó que en medio de una situación de deterioro institucional, la Cámara de Comercio de Lara se mantiene en Sesión Permanente, a fin de coadyuvar acciones en torno al mejoramiento de la situación actual del país, en aras de salir de la crisis que cada día se acrecienta.
No es culpa de la protesta
Cipriana Ramos recordó que la protesta pacífica y civil es una manifestación de descontento y mientras este exista habrá expresiones de dicho tipo, escenario del cual, en su opinión, se aprovechan algunos grupos.
Sin embargo, mientras se coarte la libertad de expresión y comercio, no haya separación de poderes ni calendario electoral, el malestar continuará. Todo lo contrario a la protesta civil, subrayó, es aprovechamiento de la protesta.
