A las 2:30 de la tarde regresaban de la marcha convocada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) el pasado 19 de abril y, a pesar de expresar en esta su descontento con el gobierno, no pensaron que horas después vivirían una “batalla campal”.
Pidieron no ser identificados por resguardo propio y a sus familiares. No obstante, los habitantes de los bloques 22, 23 y 24 de la urbanización Antonio José de Sucre, relataron entre el asombro y la frustración las agresiones por parte de la Guardia Nacional (GN) de las cuales fueron objeto.
No niegan que entre sus planificaciones del día estaba protestar en la avenida Libertador “con pancartas”. Sin embargo, la intromisión de los cuerpos de seguridad, sumado al nivel de violencia, la consideran “ensañamiento”.
Aseguran que cinco convoys de GN irrumpieron en la urbanización en varias ocasiones hasta altas horas de la noche , disparando perdigones y bombas lacrimógenas a las áreas comunes y apartamentos.
Ventanas rotas hasta el noveno piso y paredes perforadas por el impacto de los proyectiles dejan huella de lo ocurrido.
Aseguran que si los efectivos retornan con actitud agresiva, de nuevo defenderán la comunidad, que este día se vio fuertemente afectada.
Producto de lo ocurrido niños y adultos mayores presentan complicaciones respiratorias y ataques de pánicos.
Ciudadanos como Néstor Lorenzo Rodríguez, de 88 años de edad y paciente asmático, dicen no haber dormido esta noche. Su esposa colocó paños húmedos en las ventanas para minimizar el ingreso de los gases químicos a su residencia. Sin embargo, el ataque duró varias horas.
José Gil de 85 años de edad también sufrió de asfixia. Al igual que Rodríguez, rechaza la violencia venga de donde venga. Piden respeto a la población civil.
Las madres dicen haber llevado a sus niños a ver televisión a cuartos con aire acondicionado, pero los GN también dispararon contra estos equipos.
“Si les gritábamos (a los funcionarios) algo, de inmediato disparaban hacia las casas y apartamentos”, comentan en la comunidad.
Atendidos en clandestinidad
Los jóvenes heridos este día fueron trasladados particularmente a clínicas o atendidos en sus hogares de manera rudimentaria, ya que temen que de ser llevados al hospital o a algún Seguro Social los detenga la GN.
No sólo sufren por los efectos de las lacrimógenas. A uno de ellos la pierna le fue perforada por una metra, que presumen fue colocada en las capsulas de perdigón para causar daños letales.
“También nos lanzaban piedras con fondas”, comentaron los habitante de los bloques, quienes dicen haber respondido con piedras y todo lo que tenían a la mano.
“No podíamos dejar que se metieran a nuestras casas”.
Relatan que las últimas palabras de los funcionarios fueron: “Nos vemos mañana (ayer)”, por lo cual las familias compraron vinagre y otros insumos para minimizar los efectos de las lacrimógenas. Lamentan que “no defiendan al pueblo” sino “que abusen del poder”.
Urbanismos denunciarán
La ONG Fuerza, Unión, Justicia, Solidaridad y Paz (Funpaz) registra las agresiones a la urbanización Sucre, de cuya refriega resultó lesionado un funcionario de la GN. También reciben denuncias de urbanismos de Palavecino como Valle Hondo, La Hacienda y los complejos ubicadas en la avenida Ribereña a la altura del distribuidor Bellas Artes de Tarabana.
Daños a edificios en la avenida Lara igualmente están asentados.
Contabilizan agresiones a 30 urbanismos por parte de la GNB y PNB desde el pasado 11 de abril.
Según Andrés Colmenarez, coordinador de Funpaz y tras reuniones sostenidas con habitantes de los mismos urbanismos, en los próximos días introducirán las denuncias pertinentes ante el Ministerio Público con informen sustanciosos de los ataques.
Exigirán al MP actuar en la investigación, con base en hechos probatorios que demuestran la actuación desmedida de los cuerpos de seguridad mencionados.
Volvieron en la noche
Tal como lo temían los habitantes de la urbanización Antonio José de Sucre, anoche, volvieron a sufrir los efectos de los gases lacrimógenos. Después de que atravesaron cauchos envueltos en llamas a lo ancho de la avenida Libertador, cerca del centro comercial, llegaron funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) para despejar a la fuerza la vía.
A las 8 de la noche, los policías protegidos por los implementos anti motín lanzaron bombas lacrimógenas hacia los edificios. Mientras tanto, funcionarios de la Policía del Estado Lara (Polilara) impidieron el paso de carros en el tramo de la avenida donde se intensificó el conflicto.
Entre tanto, sin dejarse intimidar por el mecanismo de represión desde los apartamentos los habitantes hicieron sonar con fuerza las cacerolas.