Concluida la marcha convocada por la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en la plaza de la Justicia de la capital larense, desde las 03 de la tarde comenzaron los cierres de vías y como acción inmediata a los enfrentamientos entre manifestantes y funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
La avenida Los Leones quedó privada de tráfico vehicular porque se instaló una barricada en la esquina con avenida Venezuela. Los puntos de cierre estuvieron vigilados por uniformados de la policía estadal. Pronto, llegó más de una decena de castrenses equipados con escudos, bombas lacrimógenas y perdigones para hacer huir a los civiles hacia El Cardenalito. Un grupo de funcionarios en motos se abalanzaron sobre los manifestantes ahogándolos con gases y confinándolos a resguardarse en las urbanizaciones cercanas. El efecto de las bombas lo sufrieron en el colegio Pablo VI, ubicado en la urbanización Fundalara y ocupado en ese momento por monjas.
Entre tanto, los residentes de los edificios de Los Cardones hacían sonar las cacerolas desde las ventanas de los apartamentos. Dos horas más tarde, los trechos antes mencionados y la avenida Lara habían sido despejados de cauchos encendidos, pero un grupo de manifestantes se plantó frente a los edificios de Los Cardones y ante ellos se quedó un pelotón de guardias en posición de vigilancia con los implementos anti motín.
Mientras en eso sucedía, en el otro extremo de la ciudad (al oeste) otros manifestantes y vecinos de la urbanización Antonio José de Sucre eran perseguidos por los militares a bordo de motocicletas, como lo pudo verificar el equipo de EL IMPULSO.
Personas domiciliadas en los edificios ubicados al borde de la avenida Libertador registraron con teléfonos celulares cómo desde abajo los funcionarios lanzaban bombas lacrimógenas hacia el interior de las estructuras. Usaron, además de balas de goma, piedras.
Por eso, la avenida Libertador permaneció trancada por motorizados de Polilara desde el Centro Comercial El Recreo.
La represión dejó daños en las ventanas de los apartamentos más cercanos a la avenida Libertador y a la calle 33 y perforaciones posiblemente causadas por perdigones en la puerta de entrada del bloque 23 de ese sector del oeste.
También, en la Intercomunal Cabudare-Barquisimeto, cerca de la urbanización La Hacienda, se limitó el tráfico vehicular en la tarde por la presencia de guardias nacionales debajo del distribuidor de Valle Hondo y civiles encendieron cauchos en la avenida Venezuela con 26.
Las expresiones de rechazo a las acciones del Gobierno nacional y por la crisis económica y social no pasaron a la noche. En la urbanización El Parque, en el este, desde las 08 de la noche, los residentes efectuaron espontáneamente un cacerolazo.