Las autoridades venezolanas deben respetar la manifestación opositora prevista para el miércoles, dijo este martes el secretario general de la OEA, Luis Almagro, acusando al gobierno de preparar una «acción represiva homicida» al repartir armas a civiles.
«Las manifestaciones pacíficas son un instrumento de paz, democracia y libertad. Por ello, en el día de mañana 19 de abril, los derechos del pueblo (…) deben prevalecer sobre cualquier lógica de política represiva», dijo Almagro en una nota oficial.
Luego de tres semanas de protestas antigubernamentales, que dejaron cinco muertos, heridos y más de 200 detenidos, los temores de nuevos estallidos de violencia han revivido la víspera de una jornada de movilizaciones de la oposición y el gobierno en Caracas.
Los opositores fijaron 26 puntos de salida para la manifestación que pretende llegar a la Defensoría del Pueblo, centro de Caracas, bastión chavista. Los oficialistas adelantaron que, como siempre, no los dejarán entrar a esa zona, donde será su marcha.
En ese contexto de tensión, el presidente Nicolás Maduro, en un acto en el que los militares le ratificaron su «lealtad absoluta», anunció el lunes que el cuerpo de la milicia, creado hace siete años por ley, llegará a 500.000 civiles.
Según Maduro, cada uno de esos civiles con entrenamiento militar tendrá un fusil, ante una eventual «intervención extranjera».
Almagro condenó esa decisión y dijo que conlleva a la violencia.
«Las recientes acciones del régimen de repartir armas a civiles e instarlos a la confrontación constituyen una acción represiva homicida que incita a la violencia», reafirmó, llamando al gobierno a «revertir absolutamente ese posicionamiento».
Almagro presiona en la OEA por la suspensión de Venezuela del organismo si no convoca en breve elecciones generales y se revierten las sentencias del máximo tribunal contra el Parlamento, el único poder que no está en manos del oficialismo.
También llama a la liberación del centenar de «presos políticos» y la apertura de un canal humanitario para aliviar la grave escasez de alimentos y medicinas.
Este martes se reunió en Santo Domingo con el expresidente dominicano, Leonel Fernández con quien discutió «diversas vertientes» sobre la situación venezolana, según una nota de la OEA.
Fernández integró una iniciativa internacional para apuntalar un diálogo entre gobierno y oposición, pero la iniciativa fracasó.
La OEA declaró una «grave» alteración del orden democrático en Venezuela y resolvió avanzar medidas diplomáticas, incluyendo una posible reunión de cancilleres para mediar en la crisis.