El papa Francisco visitó en su residencia del Vaticano al papa emérito Benedicto XVI en ocasión de la Semana Santa y de su 90º cumpleaños, que festeja el domingo, informó este jueves la Santa Sede.
La visita a su predecesor, quien renunció en febrero de 2013, fue celebrada el miércoles, antes del inicio de los ritos de Semana Santa que preside el pontífice argentino.
Las relaciones entre los dos papas, que se llevan diez años de edad, son buenas y Benedicto XVI ha cumplido cabalmente la promesa de no interferir en los asuntos internos de la Iglesia católica.
«Celebrará su cumpleaños en la más severa intimidad, en casa. Con un toque bávaro, no puedo decir más. Todo lo bávaro hace mucho bien al corazón del papa», comentó en una entrevista a la prensa italiana el prefecto de la Casa Pontificia, monseñor Georg Ganswein, quien fue su secretario privado durante sus ocho años de pontificado.
Benedicto XVI, que tiene dificultades para caminar y suele usar un andador para movilizarse, está aún muy lúcido y no padece enfermedad alguna, contó el prelado.
El pontífice emérito, cuyo nombre es Joseph Ratzinger, era considerado un teólogo prestigioso y se opuso firmemente a la teología de la liberación, que tuvo gran incidencia en América Latina.
Su sucesor, que suele mencionarlo en discursos y homilías, lo considera como «un abuelo sabio que vive en casa», y hasta hace poco lo consultaba con frecuencia.
La Oficina de Filatelia y Numismática del Vaticano anunció que emitió un sello conmemorativo dedicado al pontífice alemán, el primero que ha renunciado en los últimos siete siglos de historia.
La última vez que Ratzinger se dejó ver públicamente fue en noviembre pasado, cuando los nuevos cardenales «creados» por Francisco fueron a saludarlo a su residencia dentro del Vaticano, el monasterio «Mater Eclesiae».