El Papa Francisco presidió en la mañana del Jueves Santo la Santa Misa Crismal en la Basílica de San Pedro.
Durante la celebración, los sacerdotes renovaron las promesas hechas en el momento de la Sagrada Ordenación y después se procedió a la bendición del aceite de los enfermos, del aceite de los catecúmenos y de la confirmación.
Francisco habló de la Buena Noticia y afirmó que “nunca la misericordia de la Buena Noticia podrá ser una falsa conmiseración, que deja al pecador en su miseria porque no le da la mano para ponerse en pie y no lo acompaña a dar un paso adelante en su compromiso”.
En horas de la tarde de este jueves tiene previsto acudir a una cárcel de máxima seguridad en Roma para realizar el acto de lavatorio de los pies.