A causa de las protestas que se registraron durante la tarde y noche del lunes en Cabudare, La Piedad y otros sectores de Palavecino, la mañana de este martes aún quedaban restos de las barricadas colocadas por los manifestantes, aunque en el caso de las pérdidas materiales, concretamente por el saqueo a un abasto propiedad de comerciantes asiáticos, tuvo razones vandálicas.
Durante la tarde y noche de ese día, los manifestantes, en su mayoría jóvenes, colocaron barricadas con troncos y ramas de árboles, así como cauchos y otros objetos en llamas, impidiendo el normal desplazamiento automotor en sectores como Valle Hondo, La Hacienda, Las Mercedes, El Recreo, El Trigal, La Mendera, y en la intercomunal Barquisimeto-Cabudare.
En algunos de esos sectores, el cierre de las vía comenzó desde la mañana sin ser molestados los grupos por autoridad alguna, hasta la noche cuando llegaron piquetes de la GN que los dispersaron.
La situación más tensa por los enfrentamientos con bombas lacrimógenas, disparos de perdigones y piedras entre los uniformados y los manifestantes se vivió en la intercomunal a la altura de Valle Hondo, La Hacienda y la redoma de Santa Rosa, en los límites con Iribarren, donde un grupo numeroso de sujetos, aparentemente sin motivo político alguno, colocó obstáculos en ambos sentidos del puente e incendió el puesto móbil de la Policía de Lara allí ubicado, e, igualmente, secuestró una gandola que transportaba un container y luego de agredir a su conductor, destrozaron la unidad y le prendieron fuego, así como saquearon su carga.
Otra de las acciones atribuibles a grupos vandálicos fue la que en horas de la noche se cometió en La Piedad, en perjuicio del comercial Parkai, F.P, ubicado al lado de la bomba de gasolina y propiedad de la familia de Zheng Runming.
Allí, un grupo numeroso de vándalo, mujeres y hombres, destrozó la reja de protección y puerta principal y, aprovechando la nula presencia policial o de la Guardia Nacional, saqueó todo el local, llevándose comestibles y productos de limpieza en general que estaban en los estantes.
La mañana del martes, Zheng y su familia, conmocionados, observaban que del producto de 12 años de trabajo no quedaba nada.
“Eran muchos, eran muchos, robaron todo, eran muchos”, era lo único que alcanzaba a decir Zheng en su precario español.
Con respecto a las pérdidas, se calcula sean superiores a los 40 millones de bolívares viejos.
“Tenemos que empezar de nuevo”, afirmó.
Espera que el Cicpc investigue e identifique a los autores del delito que, presumen sean de la zona.
Con respecto a las vías, en la mañana comenzó la recolección de escombros por cuadrillas de Imaupal, de la alcaldía.