“Solo con 40 mil bolívares no se puede vivir en este país”, indicó Frank Andrade secretario nacional de Contratación y Conflicto del Colegio de Profesores de Venezuela, ante la problemática que viven 3 millones 600 mil bolívares jubilados en espera de recibir el beneficio del ticket de alimentación.
La actividad se realizó en las inmediaciones de la Zona Educativa, lugar habitual para que los educadores expresen sus exigencias, sin embargo ayer estuvieron acompañados de diferentes afectados, como enfermeras, trabajadores de la contraloría, entre otros.
“Esto se hizo para representar el calvario que viven quienes han dedicado su vida al trabajo y al obtener su jubilación, dejan de percibir el beneficio de la cestaticket.
Poncio Pilatos es aquella persona que se lava las manos y no le presta atención a los problemas que se están viviendo, que es indiferente, expuso Andrade. Agregó que el Gobierno nacional ocupa el lugar de Caifás, sentenciando lo muerte de los docentes que durante el viacrucis hicieron el papel de Jesucristo.
En consideración de los educadores y demás afectados, el Ejecutivo Nacional ha aplicado políticas económicas que han generado la pérdida de los sueldos y por ende, el poder adquisitivo.
“Nos estamos muriendo de hambre”, agregó el representante educativo, indicando que en la actualidad lo que se percibe mensualmente como pago de jubilación no les alcanza ni para costear el 10% de la canasta básica.
Es por eso que han tomado la decisión de ejercer presión a nivel nacional, planteando acudir a la capital del país para exigir ante el organismo competente, incluso ante Miraflores, que se les otorgue el beneficio por ticket de alimentación.
No solo permanecerán con acciones de calle tanto en el estado Lara como en las demás entidades, sino que también introducirán un recurso de amparo ante el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) a hacer las respectivas solicitudes.
Será luego de la Semana Mayor que se reunirán nuevamente para plantear las estrategias a ejecutar; esperan que para ese entonces se cuente con mayor apoyo no solo de los afectados, sino de la colectividad en general que cuando corresponda, podría pasar por el mismo problema de tener que “sobrevivir” porque el sueldo no les alcanza ni siquiera para alimentarse de una buena manera.