Mireya Torres de Belisario (81), fue conseguida sin vida a las 6 de la tarde del martes, dentro del cuarto de su vivienda, un apartamento de la torre B, piso 11 de residencias Tau, ubicado en la avenida Lara al este de la ciudad.
En el transcurso de la noche, funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc fueron a hacer el levantamiento del cuerpo de la dama fallecida. Como ya se informó en la edición de este miércoles de EL IMPULSO, fue localizada en el piso de su habitación, a mano izquierda de su cama, estaba tendida en medio de un desorden y la misma tenía en su boca trapos, además que se le observaron golpes en su rostro.
Según la autopsia realizada en el Hospital Central Antonio María Pineda, se determinó que la dama murió estrangulada, según las evaluaciones de los médicos expertos hicieron, todo parece indicar que el asesino uso sus propias manos para acabar con su vida, y se presume que los trapos que introdujo en su boca fue para callarla, además que el criminal tuvo la ventaja que las paredes del cuarto son gruesas y no permiten que se escuchen ruidos en las habitaciones contiguas.
Aparentemente el crimen fue cometido en horas de la madrugada por uno de sus inquilinos. “El más joven”, indicaron algunos testigos quienes aseguraron no saber quien era porque tenía poco tiempo residenciado en el lugar.
Entre otras cosas comentaron que la señora Mireya le alquiló al joven porque había sido recomendado por una persona conocida, precisamente el dueño de donde el principal sospechoso trabajaba.
Los residentes de Tau además comentaron que los funcionarios del Cicpc se llevaron videos que existen en la entrada del edificio, en donde verán las caracteristicas físicas del inquilino y determinar si fue la única persona extraña que ingresó a la torre, ya que tienen que descartar si tuvo algún tipo de ayuda.
Se conoció que la mañana de ayer hasta la sede del Eje de Homicidios fueron llamados varios vecinos para declarar; así como el inquilino que consiguió el cuerpo de la octogenaria. Hasta ahora el principal sospechoso es el “inquilino joven” que se retiró casi a las 4 de la madrugada del martes, según las declaraciones de uno de los vigilantes, quien aseguró que llevaba una maleta y un bolso de mano, indicando que iba de viaje.
Se conoció que el presunto homicidio recogió toda su ropa y pertenencias y se las llevó. Así mismo se presume que cargó con prendas de valor de la octogenaria, se cree que buscaba dolares, tras saber que tenía dos hijos en el extranjero, pero hasta ahora se indaga si realmente los tenía y los sabuesos no han podido precisar qué se llevó consigo, porque nadie sabía que tenía la octogenaria.
Entre otros detalles del hecho se supo que el señor que localizó el cuerpo salió a las 7 de la mañana del martes de la vivienda, cuando quiso abrir la puerta notó que en la cerradura estaba quebrada una llave, pensó que había sido la dama y la extrajo para abrir, pero sin pensar en más nada se fue. A las 6 de la tarde de ese mismo día, cuando retornó de trabajar, observó que la habitación de la señora Mireya estaba cerrada y esto le pareció muy raro.
Tuvo un presentimiento y decidió abrir la puerta y se topó con lo peor. La habitación estaba regada por completo, prendas de vestir estaban tiradas entre la cama y el piso, la peinadora revuelta y todas las gavetas abiertas y revueltas.
Aterrado avisó a otros vecinos sobre lo sucedido y al mismo tiempo a autoridades policiales, quienes resguardaron la escena del crimen.