Semanas antes se su muerte en manos de la Policía del estado Portuguesa, tras un enfrentamiento en Guanare, el “expran” de la Cárcel Penitenciaria de los Llanos (Cepella), Ever Yeinzoth Escalona, conocido comúnmente como El Ever, se acercó a las instalaciones de EL IMPULSO para asegurar que se había alejado “por completo” del mundo de la delincuencia y acercado a Dios; mientras, por otra parte, el Cicpc en el estado Lara lo tenía “fichado” en varios crímenes, entre ellos, un doble homicidio cometido en septiembre de 2016.
Aseguraron autoridades policiales y habitantes de Sanare, que este criminal infundía el terror en la capital del municipio Andrés Eloy Blanco del estado Lara, aunque él se escudaba en las banderas del cristianismo y la política; se declaró chavista abiertamente y tenía intenciones de participar como financista de las futuras elecciones locales. Tenía vínculos con el alcalde Alfredo Orozco.
“Por qué no puede salir un líder de una cárcel. Si Chávez estuvo preso y es presidente, puede pasar cualquier cosa”, manifestó el difunto homicida en un video que subió a sus redes sociales, en el que habla “de su cambio”.
En el poblado, confesaron, muchas personas se mantienen asustadas tras su muerte; creen que no habrá heredero de la banda, sino que la misma se dividirá y los ataques a los ciudadanos aumentarán. Recordaron que así sucedió tras la caída de El Guly en Quíbor.
Develaron, a su vez, que El Ever deja un arsenal de armas valuado en miles de bolívares. Además, manifestaron que era dueño de cinco casas, una finca y que compro el cerro La Cuchilla de Sanare.
“He cambiado mi forma de actuar, caminar y actuar; soy humilde, me gusta ayudar mucho la gente”, sostenía el sanareño en los videos que hacía desde Cepella -año 2014- y en los que predicaba la Palabra de DIos.
“Yo fui lo peor para mi pueblo, me juzgaron, me pasaron tantas cosas malas que yo no las quise así, cosas del destino hicieron que yo me pusiera así”, reconoció en aquel entonces El Ever.