“¡Cómo le digo esto a tu hija! ¡Cómo le explico a esa criatura que su papá ya no está!”, fueron parte de las desgarradoras frases de lamento que, entre llanto y dolor, gritó la esposa de Omar Antonio Castañeda Vásquez, tras confirmar el asesinato del funcionario de la Policía Municipal de Iribarren (PMI), a quien le dispararon, la mañana de este martes, tras oponerse al robo de su moto en Tamaca, al norte de Barquisimeto.
Contaron testigos del suceso que, como a las 9:30 a.m., el hoy occiso –franco de servicio- y su cuñado se estacionaron en un local de repuestos para motocicletas, ubicado en la carrera 2 de Tamaca, entre calle 2 e Intercomunal Barquisimeto-Duaca, cuando fue interceptado por dos sujetos que caminaban por la zona. Uno vestía bermudas de color verde y franelilla negra, según contaron, y su compinche portaba una chaqueta negra.
“Eso fue cuestión de segundos. Ellos llegaron a pie, venían como de la iglesia San Antonio de Padua, y como él (el fallecido) estaba de espaldas a la calle, lo encañonaron y le decían: Dame la moto, dame la moto”, explicó un espectador del crimen.
Aparentemente el efectivo policial, de 30 años de edad, no obedeció las órdenes de su verdugo y mostró intenciones de desenfundar un arma de fuego; por lo que los maleantes dispararon –presuntamente con un revólver- en cinco oportunidades, le quitaron su “9 milímetros” y abordaron su dos ruedas –de color rojo- para darse a la fuga.
De las cinco detonaciones, al menos tres dieron en la humanidad de Omar Antonio, quien presentó heridas en cuello, hombro izquierdo y pecho, cercano al corazón. Las otras dos balas rebotaron en las paredes y quedaron en la escena del crimen.
Entre varias personas levantaron a la víctima para llevarlo en brazos hasta el ambulatorio del sector, situado como a dos cuadras de la escena del crimen. Allí perdió la lucha por su vida como 15 minutos después de su ingreso.
Allegados denunciaron que por falta de ambulancia, el policía no pudo ser trasladado al Hospital Central Universitario Antonio María Pineda. Aproximadamente 45 minutos después del incidente fue que apareció un vehículo asistencial.
A su vez, comentaron los vecinos que en el mismo negocio han robado al menos cinco vehículos en los últimos meses; sin embargo, aseguraron que es la primera vez que sale una persona herida.
“Los chamos de aquí saben que robo es igual a lléveselo. Tamaca es así”.
Desgarradora noticia
La noticia corrió como pólvora y al ambulatorio de Tamaca llegaron funcionarios de la PMI, mostrándose afligidos. Los familiares rompieron en llanto al confirmar lo acontecido. Su hermana, esposa y cuñado no hacían más que llorar y de pedirle “explicaciones” a Dios.
Comisiones de la policía local peinaron la zona en busca de los asesinos. Hasta ahora no han tenido éxito.
De la Policía Comunal
Como un excelente oficial describieron compañeros de trabajo a Castañeda Vásquez, quien estaba adscrito a la Policía Comunal del norte de la capital larense. Ingresó a las filas de la PMI desde hace cuatro años, proveniente de la Policía de Yaracuy.
“Era uno de los mejores y por eso estaba en uno de los mejores servicios, la punta de lanza”.
En la tarde del día del homicidio tenía previsto de enseñar orden cerrado en el Liceo Antonio José Pacheco de Las Tunas. A eso se dedicaba. Tras su partida queda sin padre una pequeña. Residía en el sector Pozo Amarillo de la vía a Duaca, por Rastrojitos.