Este sábado en la mañana entró en vigencia la nueva tarifa del pasaje urbano. Los días de semana el monto a cancelar será de 150 bolívares, y después de las 7:00 de la noche y los fines de semana 200 bolívares.
A pesar de que el incremento salió en Gaceta Oficial, días anteriores, una parte de los ciudadanos no tenían conocimiento que dicho aumento sucedería y el rostro del desconocimiento era evidente en muchos cuando se quedaban a la espera de su vuelto y les decían: “son 200 bolívares”.
Así fue el caso de Jesús Cárdenas, que al momento de bajarse de la unidad, el colector le notificó cuánto debía pagar.
En su opinión el aumento es algo necesario puesto que conoce los altos precios que tienen los repuestos en el mercado. “En mi opinión el pasaje sigue siendo muy económico para todo lo que se gasta. Ya en estos momentos 10.000 bolívares no son nada porque se nos puede ir hasta 1.000 en cualquier cosa. El kilo de pasta más económica que se encuentra en el mercado está en 3.500 bolívares y ahorita compré un jabón bachaqueado en 4.000 ¿Qué son 200 bolívares en estos momentos?”.
Lo mismo opinaba Julio Rodríguez, a quien la noticia lo agarró completamente de sorpresa. Considera que nunca ha pagado el monto reglamentario porque en la zona donde vive solo pasan autobuses piratas. Él vive al oeste de la ciudad y debe agarrar hasta cuatro rutas para ir de su trabajo a la casa y en cada viaje le cobran 250 bolívares, como mínimo.
Sin embargo, para Francisco Enríquez, este incremento del pasaje trastocará por completo su rutina. Enríquez asegura que con el monto anterior del pasaje, gastaba 600 bolívares al día, pero ahora el sueldo mínimo con el cual se mantiene no será suficiente para cancelar todos los viajes, por lo que destaca que comenzará a utilizar el Transbarca y salir mucho más temprano de su casa porque el mismo “pasa cada hora”.
“No nos alcanza”
Por otro lado, los transportistas aseguran que este incremento no es ningún cambio significativo y seguirán “pasando las de Caín” para adquirir los repuestos.
Wilfredo Miquilena, es transportista de Ruta 13, una línea que tiene más del 80 % de su flota paralizada, según se informó. Comentó que en marzo gastó más de 1 millón de bolívares en realizar algunas reparaciones y que aún tiene pendiente cambiar los cauchos; y que en ese mes ni siquiera recuperó la mitad de lo que gasto.
“Esto ya no es un negocio rentable, nuestras unidades dan dos vueltas y luego se dañan porque no estamos comprando repuestos sino reparándolos. Esta mañana ningún pasajero de Los Pocitos quiso pagar el aumento, pero no les importa pagar el triple a los transportistas piratas”, expresó Federico Andrade.
