Al padre Alfredo Infante, director de la revista Sic, le correspondió analizar el tema ética y Estado. Hizo énfasis en que ética, desde el pensamiento social de la Iglesia, está ordenada fundamentalmente en el ámbito de las decisiones. Una decisión es moralmente buena cuando es libre, responsable, respectiva; es decir, ordenada al bien personal y al bien común. Como animales de convivencia que somos, necesitamos acordar reglas de juego para convivir. Y ese el ejercicio de la política. El Estado es el producto del acuerdo social.
Ese Estado será una institución que resguarde éticamente ciertos principios y valores, en la medida que esté al servicio de la dignidad humana y del bien común.
Está claro que en Venezuela estamos en un estado, desde el punto de vista ético, ilegítmo.
Sin duda alguna, el Estado ha sido privatizado, secuestrado, por un grupo parcial, que no está al servicio de todos los venezolanos. Estamos en un Estado que no resguarda los valores éticos por todos los indicadores a nivel social, del deterioro de la vida. Y a nivel político entramos de un totalitarismo carismático, que fue el de Chávez, a una dictadura con unas características muy particulares. Hemos entrado, con la suspensión del referendo revocatorio presidencial, a un proceso en una transición a una dictadura muy cruel e inhumana.
Este régimen se está cerrando a garantizar el derecho a la vida, a la salud, a la alimentación.
Esta crisis sólo es posible superarlo si se fortalece la institucionalidad y hay un cambio político.