Persiste en la comunidad profesoral de la UCLA la preocupación por la suerte del servicio de salud, organizado desde el mismo momento en el cual los profesores decidieron constituir una asociación gremial para reclamar a las autoridades universitarias el cumplimiento de las reivindicaciones sociales a las cuales teníamos y seguimos teniendo derecho.
Para esa época, eran contadas las universidades existentes en el país, y los denominados Institutos de Previsión Social (IPP), nacieron bajo la cesión de atribuciones y facultades, con apoyo pleno, en una gestión tutelada por las universidades como representantes y corresponsables de la acción del Estado, en su condición de patrono mediante acuerdo con los gremios para la administración del servicio.
En el caso de la Universidad Centroccidental, que así se denominó nuestra Casa de Estudios en sus inicios, se adoptó un modelo mixto con la participación consensuada de las organizaciones parauniversitarias bajo una visión integral que postulaba la defensa de los beneficios sociales, el ahorro y la atención a la salud de los profesores y sus familiares. A lo largo de su desempeño no estuvo exento de problemas. Pero su gestión fue eficiente y cumplió de tal manera sus objetivos que llegó a convertirse en una referencia organizacional para otras universidades creadas con posterioridad.
Cuando se pasa de las Actas Convenio a las Normas de Homologación, en la década de los ochenta, se mantuvo el criterio de incorporar en las discusiones lo relativo a las cláusulas de salud. Además, manteniendo el principio lógico en materia de reivindicaciones que aquellos beneficios alcanzados para los docentes debían ser extensivos para el personal que laboraba en este tipo de instituciones.
Ha corrido bastante agua debajo de los puentes. La realidad universitaria en este ámbito cambia radicalmente. Se crearon institutos y colegios universitarios. Con ellos IPS, IPP e Inpres para prestar el servicio de de Hospitalización, Cirugía y Maternidad (HCM) bajo la modalidad de la autogestión. Hoy existen más de veintisiete IPS legalmente constituidos en las Instituciones dependientes del Mppeuct.
De un tiempo a esta parte, el Ipspuco ha venido atravesando por una crisis en su gestión, la cual derivó en la creación de un sindicato como producto del deterioro en las relaciones laborales viéndose afectada la prestación del servicio. El conflicto se ha escalado e intenta dirimirse en los tribunales. Las medidas de solución que se discuten incluyen el despido de personal y le eliminación del sindicato. Con los costos y consecuencias que ello puede traer, como legado de los actuales directivos.
Actualmente, el Mppeuct ha anunciado la creación de un Sistema Integral de Seguridad Social para el Sector Universitario. Igualmente, ha ratificado que la política se orienta al fortalecimiento de los IPP existentes, a raíz de conferirse una póliza de cobertura adicional mediante una empresa de seguros. Está en proceso de evaluación la infraestructura y el funcionamiento de dichas instituciones.
Hay razones suficientes para reflexionar y arbitrar mecanismos expeditos que procuren el diálogo y la búsqueda de soluciones a los problemas y las irregularidades en la prestación de los servicios médicos y la calidad del mismo. Es hora de deponer actitudes y hacer esfuerzos por rescatar el Ipspuco.