Para el abogado Juan Carlos Apitz, el dictamen del TSJ forma parte de un guión que se ha venido desarrollando paulatinamente, para socavar las competencias de los demás Poderes Públicos y concentrarlos en una persona; por lo cual, es indudable que de manera oficial, hay una disolución del Estado como esencia.
Argumentó que parte de la trampa es hacer creer que el máximo tribunal ordena al Presidente en aras de mantener la paz y garantizar la gobernabilidad, pero en realidad es Nicolás Maduro quien utiliza de “títere” a la Sala Constitucional.
“En Venezuela no hay Poder Judicial. Esos señores no son magistrados, no son independientes ni imparciales. Ellos terminan haciendo lo que les ordenan”, dijo.
Advirtió que la figura del desacato no está establecida en ninguna ley, únicamente en el artículo 31 de la Ley Orgánica de Amparo, donde el Juez tiene la potestad de oficiar al Ministerio Público para que se abra una investigación penal, una vez haya verificado el incumplimiento de la medida de amparo. Es decir, no existe un desacato “continuado” como lo han querido mostrar.
“Es una olla que se inventaron para desconocer la soberanía popular. El origen de este supuesto es la sentencia de la Sala Electoral que deja sin efecto el acto de proclamación de los diputados de Amazonas; entonces, por qué no han decidido, no hablan de retardo procesal y el recurso de nulidad tiene un año de atraso”, explicó.
Apitz, considera oportuno que los diputados a la AN se comprometan a honrar el voto de confianza que le otorgó el electorado, pues deben ser dignos de su representación mediante la legislación y el control de la actividad gubernamental. Además, por afirmar que la vía institucional está totalmente cerrada, opina que la solución está en la protesta.
Sobre la disposición principal de esta última sentencia, puntualizó que “le están permitiendo al Presidente que disponga de los recursos hídricos, del futuro, sin el consentimiento de la AN. No solo nos morimos de hambre, sino que ahora nos moriremos de ser”.