Después de la decisión que diera a conocer el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de inhabilitar a la Asamblea Nacional (AN), desde el seno de Avanzada Progresista, Henri Falcón, aseguró que lo que hizo el máximo ente judicial en el país fue “darle un golpe a la democracia, un manotazo a la Constitución de la República “.
Para el líder progresista en el momento actual una cosa es abrogarse la condición de patriotas y otra muy diferente es actuar en patotas, por lo que considera que la decisión del TSJ sin duda obliga a pronunciarse como demócratas, pero especialmente condenando lo que a todas luces es un “manotazo a la Constitución y a la democracia”.
“Estas sentencias, las 155 y 156, no sólo vulneran el estado de derecho sino que también desconocen los principios y normas de carácter programáticos previstos en la Constitución e incluso socavan el espíritu expresado en la Carta Magna, lo que inspiró a la constituyente a la formación de un nuevo modelo de estado sobre la base real de inclusión pero fundamentalmente de la necesidad de tener instituciones autónomas e independientes para poder generar el verdadero contrapeso en la democracia”, dijo.
Como presidente de Avanzada Progresista, Henri Falcón recordó que desde hace tres años han venido insistiendo en la necesidad de un proceso real, efectivo, eficaz, objetivo y transparente de restitucionalización del Estado.
“Necesitamos instituciones que se apeguen a la Constitución y no a la acción política de un sector del país, por eso digo, una cosa es decirse patriotra y otra es actuar como patota, es doloroso y muy triste para nosotros los venezolanos que hoy amanezcan todos los medios de comunicación impresos del mundo con noticias lamentables sobre Venezuela”.
Exhortó a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a colocarse del lado de la constitución nacional y no a favor de una parcialidad política.
Recalcó que desde Avanzada Progresista se ha venido acompañando la tesis del necesario acuerdo o negociación política para concretar una salida pacífica y civilizada a la crisis, en términos de tolerancia y así poder mostrar un espacio distinto a la situación de angustia, de desgobierno y especialmente de desesperanza de la mayoría del pueblo.
A su juicio, en Venezuela, en el nombre de Dios que no ocurra, estamos a la vuelta de la esquina de una guerra civil en nuestro país.