La mayoría de líderes políticos españoles, incluido el presidente del gobierno, criticaron el viernes la inhabilitación del Congreso venezolano por parte del Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela.
Solo el partido Ciudadanos, afín a los intereses empresariales, lo llamó «golpe de estado», mientras que la principal formación de izquierdas, Podemos, pidió avanzar en una solución negociada sin condenar los últimos acontecimientos.
En Venezuela «hay un conflicto de legitimidades democráticas igualmente elegidas por las urnas», dijo en una entrevista de televisión el responsable de Podemos para asuntos internacionales, Pablo Bustinduy.
Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, calificó el hecho de «intolerable» en un mensaje enviado a través de Twitter. «Maduro da un golpe de Estado y cierra la Asamblea nacional,» escribió. «Mi apoyo a la oposición democrática».
Para el mandatario español, Mariano Rajoy, «si se rompe la división de poderes se rompe la democracia». En un tuit firmado con sus siglas, en señal de que el mensaje venía del propio Rajoy, escribió: «Por la libertad, la Democracia y el Estado de derecho en Venezuela».
Por su parte, el socialista Ramón Jáuregui, que comparte la presidencia del EuroLat, la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana, dijo que la situación es «de flagrante vulneración de la Constitución de Venezuela, absolutamente inaceptable desde nuestra perspectiva democrática».