La sentencia del miércoles, lo mismo que la del martes, producidas por el Tribunal Supremo de Justicia, llegan en el momento más inoportuno para el Gobierno nacional y en el más oportuno para la difícil lucha que los venezolanos estamos librando por la vigencia de nuestros derechos.
Así lo considera el Dr. Ramón Guillermo Aveledo, ex presidente de la Cámara del extinto Congreso de la República y ex secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática, al ser entrevistado por EL IMPULSO, luego de haber dado inicio a la XLII Jornadas Jurídicas “Dr. J. M. Domínguez Escovar”, que este año tiene como tema “la democracia frente al fraude constitucional”.
El recuerdo del asesinato del Congreso
El máximo evento jurídico del país fue instalado por el presidente del Colegio de Abogados del estado Lara, Dr. Enrique Romero, en el hotel Príncipe, de esta ciudad, con una asistencia que plenó el Gran Salón.
En ese acto intervino también el rector de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, Dr. Francesco Leone, quien se refirió al “asesinato del Congreso Nacional” cuando los parlamentarios iban a juzgar al Presidente de entonces, José Tadeo Monagas, el 24 de enero de 1848.
El trabajo legislativo
El Dr. Aveledo al exponer su ponencia “Problemas, inconvenientes y tropiezos del trabajo legislativo”, se refirió a todos los obstáculos que se presentaron en el pasado y ahora con la Asamblea Nacional, explicando cada una de las 44 sentencias dictadas por el máximo tribunal venezolano contra el Poder Legislativo en apoyo al Ejecutivo.
Decisiones atroces
En cuanto a las últimas dos sentencias dictadas esta semana, el ex parlamentario larense señaló que el TSJ había escogido unas fechas muy malas para cometer lo que denominó atrocidades.
Porque lo ha hecho cuando el Gobierno de Venezuela está sosteniendo en la OEA, que están equivocados 20 de los estados miembros; los cuales lo que están es exigiendo que tomen medidas para que se realicen elecciones, sean liberados los presos políticos y se respete la Asamblea Nacional y el Estado de Derecho.
Asimismo los gobiernos que defienden al de Nicolás Maduro lo hacen de manera cautelosa y reconocen que hay problemas, a pesar de que lo niega la representación venezolana, y se pronuncian por darle tiempo para que sean resueltos.
En esos momentos, el Tribunal Supremo de Justicia toma esas dos decisiones. A través de una de ellas, ese organismo asume los poderes de la Asamblea Nacional, al día siguiente de haber autorizado una especie de dictadura provisoria por parte de Maduro.
Así es que las peores sospechas de los países del hemisferio están siendo confirmadas por las acciones del Gobierno.
Si uno usara el lenguaje forense, propio de este foro en que nos encontramos, tomaría del Derecho Penal una máxima: A confesión de parte, relevo de pruebas. No hay nada que demostrar cuando la parte ha confesado.
Impacto internacional
-.¿Qué deben hacer los diputados de la Asamblea Nacional?
-Seguir haciendo su trabajo. Hoy el presidente de la Asamblea Nacional -dijo refiriéndose a Julio Borges- hizo un gesto muy mediático: romper la sentencia. Lo vi en la televisión alemana. Abrieron el noticiero en español este mediodía. Impresionó mucho esta noticia de la sentencia del TSJ, para que tengan una idea del impacto internacional que ha generado. Los diputados, al igual que el resto de los ciudadanos, tenemos que persistir. Aqui no podemos rendirnos.
La lucha por nuestros derechos tiene muchas maneras cívicas de ser realizadas, todas pacíficas. Por ejemplo, las restricciones a la libertad de expresión no pueden llevarnos a nosotros a no ejercer el periodismo, a no ejercer la comunicación, a no declarar, a no escribir. No. Hay que defender la tribuna que son los medios de comunicación, las redes sociales. Del mismo modo hay que defender la tribuna parlamentaria como un altavoz para los problemas de los venezolanos.
Hay que defender el voto que está entredicho, porque el Gobierno no quiere que se hagan elecciones mientras no tengan la seguridad de ganar, seguridad que no va a venir.
Hay que realizar la protesta social de calle, cívica, pacífica. Pero, cuando yo digo de calle no me refiero nada más que las avenidas de Caracas. Hay que hacer activismo internacional como este que se viene haciendo para convencer al mundo de lo que está pasando. Estoy muy impactado ahora de la cantidad de gente de afuera, de medios de comunicación extranjeros, que me ha llamado de ayer para acá. Igualmente lo han hecho funcionarios, diplomáticos, parlamentarios de América Latina.
Por supuesto hay que tener siempre herramientas abiertas al diálogo político. No se puede cerrar a ninguna puerta. No hay que decir, no voy a hablar con nadie. Ponte un caso: tenemos veinte personas que tienen boletas de excarcelación dictadas por tribiunales. Sin embargo, no las sueltan. ¿A cuenta de qué el Servicio Bolivariano de Inteligencia, el Sebin, o el Ministerio de Relaciones Interiores, se creen más que el Poder Judicial? Por cierto, ese es un desacato a las disposiciones judiciales, pero el Tribunal Supremo de Justicia, que es la cabeza del Poder Judicial, no le importa.
Tenemos también el caso del alcalde mayor de Caracas, Antonio Ledezma. ¿Ustedes saben cuántas audiencias ha tenido el juicio de Ledezma? Hagan un cálculo. Ni una. Tiene dos años preso y vio el juez cuando lo metieron preso. Desde entonces para acá más nunca lo ha vuelto a ver. Se han diferido todas las audiencias.
Lo de Leopoldo López es una cosa fuera totalmente de proporción. Por lo que se considera un delito de opinión le han impuesto una condena de 14 años. Dios mío, esa es una condena demencial.
Uno no puede cerrar una puerta en esta lucha. No hay que rendirse. Ellos, los del Gobierno, tienen la fuerza. Pero, los de la oposición somos más y, además, tenemos la razón. Está de nuestra parte la justicia. Aqui defendemos a todos los venezolanos. No solo a los que hoy mayoritariamente están con la oposición. Son los derechos de todos. Porque un TSJ que actúa asi, con esa arbitrariedad, es malo también para los chavistas, para los que creyeron en el proceso y que ahora ven que sus derechos están en el suelo.