Con la excusa de un desacato fabricado jurídicamente, hoy el Gobierno de Venezuela funciona inconstitucionalmente sin Parlamento, mientras que los diputados de la bancada mayoritaria de la MUD sufren todo tipo de persecución, acoso y amenazas, al punto que el TSJ acaba de eliminar formalmente y por sentencia la inmunidad parlamentaria tan violada ya en la práctica. Pero, ¿Quién está en desacato realmente?
La tesis de la tiranía es que la Asamblea incorporó a los diputados electos por el estado Amazonas a pesar de que una medida cautelar del TSJ lo prohibió ante denuncias de fraude electoral. Pero ese argumento fue desmontado cuando los propios diputados decidieron desincorporarse en el marco de una medicación internacional que procuraba resolver el conflicto de poderes. Sin embargo la respuesta del TSJ fue la de radicalizarse desconociendo a la directiva de la cámara y la condición misma de unos diputados que hoy no cobran ni su sueldo.
El caso es que más de un año después de la medida cautelar en cuestión, el TSJ no se ha pronunciado sobre el fondo de la denuncia electoral mientras que el CNE tampoco ha convocado a una nueva elección dejando a un estado de la federación sin representación parlamentaria de forma permanente. Eso sí es un desacato a la constitución, la democracia y a la soberanía popular. Ni hablar del desacato de Tibisay Lucena y las rectoras del CNE que se niegan a convocar las elecciones regionales vencidas ya y que por orden constitucional debieron celebrarse en diciembre pasado, luego además de haber suspendido la convocatoria del referéndum revocatorio también consagrado en la Carta Magna.
Hace pocos días Nicolás Maduro expresó que “dentro de la revolución todo, fuera de ella nada”, sustituyendo así la frase famosa de su antecesor que rezaba “dentro de la constitución todo, fuera de ella nada”. De esta forma quedaba derogada definitivamente la Constitución ya incluso en el discurso oficial. Una revolución por definición no respeta ninguna norma ni se somete a ninguna regla. No hay estado de derecho vigente, para nadie. Quién está en desacato es el gobierno dictatorial que no reconoce parlamento, no convoca ningún tipo de elecciones y viola los derechos humanos más básicos. Y más recientemente, el TSJ mediante medida cautelar le ordena al Presidente de la República que “para garantizar la gobernabilidad del país, tome las medidas civiles, económicas, militares, penales, administrativas, políticas, jurídicas y sociales que estime pertinentes y necesarias para evitar un estado de conmoción”. De esta forma Maduro queda coronado como emperador.
Estamos en un momento parecido al desembarco de Normandía en plena guerra mundial. No hay duda que llegaremos a tierra firme y ganaremos definitivamente la guerra en favor de la democracia y la libertad, pero no será fácil aguantar el embate final. Por eso debemos ser solidarios entre nosotros, reconociendo a los que dan la batalla en primera línea y reivindicando a los caídos. El mundo entero nos respalda y somos mayoría, lo demás son solo sentencias.
Caso cerrado, el dictamen final lo tiene usted.
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