La protesta ocurrió a pocas horas de la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde se debatió la crisis de Venezuela. En las calles del centro de Caracas, miles de oficialistas vestían con camisas rojas y sostenían carteles en los que se leía “somos antiimperialistas”.
Durante una intervención desde una tarima colocada en el punto final de la marcha oficialista, el vicepresidente Tareck El Aissami criticó con dureza a la OEA y el secretario general de ese organismo, Luis Almagro, al que llamó “sicario” y “mercenario del imperialismo”, y dijo, durante un discurso que ofreció en la concentración, que lo demandará en instancias internacionales por anunciar la congelación de sus supuestos activos en Estados Unidos tras la sanción que le impuso el Departamento del Tesoro.
A los cuestionamientos se sumó el número dos del oficialismo, diputado Diosdado Cabello, quien tras atacar al senador estadounidense Marco Rubio, al que llamó “Narco Rubio” -por la advertencia que hizo la víspera a República Dominicana, el Salvador y Haití sobre su votación en el caso de Venezuela- se burló de Almagro y los 14 representantes de los países que apoyaron la convocatoria a la sesión.
En la concentración se esperaba la participación de Maduro pero no acudió a la cita. Horas después, la televisora estatal mostró imágenes de la llegada del mandatario al palacio de gobierno y se indicó que Maduro estaría reunido con su equipo de ministros siguiendo los acontecimientos de la OEA.
