Veinte de los 34 estados miembros de la Organización de Estados Americanos se comprometieron el martes a definir “pasos concretos que contribuyan a identificar soluciones diplomáticas” a la crisis política venezolana.
La embajadora canadiense Jennifer May Loten leyó una declaración a nombre de 20 países, a los que no identificó, durante una sesión extraordinaria del Consejo Permanente. Fue solamente una expresión pública de esas naciones, ya que la organización no adoptó resolución alguna.
En Caracas, poco después del final de la sesión del Consejo Permanente de la OEA, el presidente Nicolás Maduro afirmó que los adversarios del gobierno socialista venezolano fracasaron en su intento de aplicar sanciones a Venezuela.
“Hemos obtenido una gran victoria para nuestro país. Ni se aprobó la Carta Democrática ni se aprobó el comunicado infame de la coalición de países de derecha, de gobiernos de derecha”, dijo Maduro acompañado de su tren ministerial.
La OEA convocó a la sesión extraordinaria apenas horas después de que 14 de sus Estados miembros llamaran el viernes a Venezuela a liberar a los presos políticos, convocar a elecciones y respetar las decisiones de la Asamblea Nacional en una inédita posición conjunta en torno a la crisis del país. Sin embargo, dijeron que la suspensión de esa nación del organismo debería ser la última opción.
Los estados miembros de la OEA realizan lo que denominan una “evaluación colectiva” de la situación venezolana desde el 23 de junio, cuando 20 miembros votaron a favor de que Almagro expusiera su primer informe durante una sesión extraordinaria.
El jefe de gabinete del secretario general, Gonzalo Koncke, subrayó que la sesión del martes demuestra lo que describió como un “ejercicio acumulativo. Se inicia la sesión con 14 países que mencionan la gama de problemas, y termina la sesión con 20 países haciendo una declaración”.
En Washington, el viceministro venezolano para América del Norte, Samuel Moncada, describió la celebración de la reunión como un “acto hosti” por considerar que un debate sin su autorización equivale a una violación de su soberanía.
Por su parte, el subsecretario de Estado adjunto para el hemisferio occidental, Michael Fitzpatrick, enumeró -sin mostrar preferencia por alguna- propuestas presentadas por varios países, las cuales incluyen crear un grupo de territorios amigos, enviar una delegación a Venezuela para dialogar directamente con actores políticos e invitar a los tres expresidentes que mediaron el diálogo infructuoso celebrado el año pasado con la mediación del Vaticano.
Caracas ha acusado reiteradamente al organismo multilateral de prestarse a los intereses de Washington para atentar contra gobiernos de izquierda en la región.
El Consejo Permanente de la organización celebró una sesión extraordinaria pese a la renuencia de la delegación venezolana, que forzó a un voto para decidir si se aprobaba la agenda del encuentro. La celebración de la reunión recibió 20 votos a favor y 11 en contra, salvando la cantidad mínima de 18 votos para proseguir.
Al conversar con reporteros en la sede de la OEA al final de la sesión, el diputado opositor venezolano Luis Florido consideró como “un paso adelante” el pronunciamiento de los 20 países para seguir evaluando la situación venezolana.
La sesión adquirió un tono agrio hacia el final, cuando varios embajadores advirtieron que abandonarían la sala en señal de protesta después de que Moncada calificara como “golpista” al gobierno del presidente brasileño Michel Temer y dijera que “si Colombia nos quiere ayudar, que pare la producción de cocaína”.
La representante peruana Ana Rosa Valdivieso se retiró de la sala minutos después de haber advertido que lo haría si el viceministro venezolano mantenía el tono de su intervención.
“No procede que un país empiece a atacar a cada país miembro. ¿Le puede llamar la atención”, le pidió Valdivieso al beliceño Patrick Andrews, quien ejerce la presidencia rotativa del Consejo Permanente. “Si no, nos vamos a retirar todos”.
Decisión del TSJ perjudica más al gobierno
La decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de exigir al Ejecutivo que tome medidas para evitar un estado de conmoción interna deja a Venezuela como un país que no respeta el Estado de Derecho y lo perjudica abiertamente en los debates que se vienen realizando en la Organización de Estados Americanos, dijo el diputado Henry Ramos Allup.
Recordó que el gobierno venezolano está en la obligación de acatar las disposiciones establecidas en la Carta Democrática Interamericana, la cual fue suscrita por el propio Hugo Chávez.
“Cuando se aprueba un tratado en organismos internacionales se convierte en una norma supraconstitucional, que está por encima de la Constitución Nacional, y no te pueden acusar de injerencista y subversivo. Lo que ocurre es que el Gobierno ha quebrantado el Estado de Derecho y no quiere hacer un llamado a elecciones”, dijo.
Maduro replica
El presidente Nicolás Maduro llamó a un debate sobre la pertinencia de que Venezuela siga integrando la OEA, a algunos de cuyos países miembros acusa de impulsar una intervención.
“¿Tiene sentido la existencia de la OEA? ¿Tiene sentido la permanencia en la OEA? (…) Abro el debate sobre la utilidad y la pertinencia de la Organización de Estados Unidos (…) y la permanencia de los Estados, entre ellos Venezuela, en esa organización”, dijo Maduro en un consejo de ministros.
Maduro celebró la ausencia de acuerdos en la cita. “¡Triunfo popular, victoria popular para Venezuela!”, festejó el mandatario, aunque subrayó que “esta historia apenas empieza” y que Venezuela pasará ahora a la “ofensiva”.
El presidente acusó a Estados Unidos de dirigir “una coalición de gobiernos de derecha” para “agredir” a Venezuela.
Maduro dijo que planteará un debate en la OEA para condenar los planes del gobierno de Donald Trump de construir un muro en la frontera con México, para frenar la migración ilegal.