El 98 % de las industrias nacionales aseguran que su producción cayó mucho o un poco; el 85 % que sus ventas se redujeron y para el 81 % la cartera de pedidos es menor o mucho menor, lo que evidencia que el sector manufacturero “sigue en caída libre”, de acuerdo con la encuesta de coyuntura industrial, correspondiente al último trimestre de 2016.
La información la dio a conocer en conferencia de prensa, el presidente de la Confederación de Industriales de Venezuela (Conindustria), Juan Pablo Olalquiaga, quien al referirse a los últimos anuncios del gobierno, afirmó que el Ejecutivo no dispone de divisas para alimentar a un nuevo Dicom, por lo que los empresarios continuarán sin divisas. Asimismo, calificó como “totalmente contradictorio”, que mientras los números demuestran que el sector productivo nacional atraviesa por la peor crisis en su historia, haya empresarios que no solo aplaudan, sino que feliciten al gobierno por la eficiencia del modelo económico que viene aplicando.
A juicio de Olalquiaga, la única manera de que pueda haber una recuperación en la actividad productiva, es que se cambie el modelo económico, dejando a un lado el actual modelo centralista y de control a un modelo de libre mercado, en el cual, existiendo Estado de Derecho, reglas claras e igualdad para todos, existiendo confianza de que no habrá expropiaciones, se respetará la propiedad y teniendo una macroeconomía que se estabilice, se pudiesen atraer las inversiones que el país requiere, advirtiendo que en la medida en que no hayan estos cambios, no habrá variación en la tendencia de la actividad económica, afirmando que para que se logren estos objetivos se requiere un cambio de los actores políticos y un nuevo gobierno.
La realidad en cifras
Tras advertir que la “industria venezolana sigue en caída libre”, se indica que ello se debe a la falta de políticas públicas adecuadas y orientadas a incrementar la productividad y a los obstáculos que permanentemente pone el gobierno a la actividad productiva nacional, lo que ha traído como consecuencia un deterioro cada vez mayor de las empresas, lo que les impide generar los bienes y servicios que necesita el consumidor.
Ratifica Olalquiaga que la encuesta de coyuntura industrial del cuarto trimestre de 2016 es contundente. 90 % de los industriales consultados aseguró que su producción disminuyó mucho o poco; 85 % afirma que sus ventas se redujeron mucho o poco y para 81 % la cartera de pedidos es menor o mucho menor. Adicionalmente, se observa que 20 % de quienes respondieron la entrevista señalaron que no tienen pedidos en cartera, es decir, están paralizados; mientras que 45 % dice que sólo tiene un (1) mes de trabajo asegurado. Los sectores más golpeados por esta disminución de la cartera de pedidos son cauchos y plásticos, maquinaria y equipos eléctricos, muebles, repuestos de maquinarias y otras industrias, productos no metálicos y químicos y farmacéuticos.
Al revisar el volumen de materia prima con el que cuentan para mantener sus actividades, 87 % apunta que disminuyó mucho o poco; para 14 % se mantuvo igual y solo 9 % logró incrementarlo mucho o poco. Los sectores más afectados en este caso fueron madera y papel, maquinarias y equipos eléctricos, químico y farmacéutico y textil y calzado.
En cuanto a la situación actual del sector industrial, para 65 % es mala o muy mala y para el restante 35 % es regular. En el caso de evaluar la situación particular de su empresa, 35 % considera que es mala; 63 % que es regular y sólo 2 % está entre buena y muy buena.
Entre los factores restrictivos a la producción nacional destacan incertidumbre en el escenario político e institucional, acceso a proveedores de materias primas, falta de disponibilidad de divisas y baja demanda nacional.
Llama la atención el hecho de que 58 % de los consultados señaló que su nómina se redujo poco o mucho; para 41 % se mantuvo igual y sólo 1 % dijo que aumentó. Esto tendría que ver por un lado con la fuga de talento hacia el exterior y por otro, con la incapacidad de algunas empresas de mantener sus nóminas completas debido a la caída de la producción y las ventas.
Proceso intenso de cierre de empresas
Consultado en torno a las empresas que han bajado sus santamarías, Olalquiaga señala que el 20 % de las empresas que dicen que no tienen con qué trabajar, son empresas que dejaron de producir, no se manifiestan públicamente, recuerda que se está hablando de un país muy empequeñecido, donde hay pequeñas empresas que nadie se entera cuando dejan de trabajar, pero dejan de hacerlo, admitiendo que “estamos en un proceso intenso de cierre de empresas”, agregando la tendencia de las industrias que dejan de trabajar sigue creciendo.
Recordó que para 1997 había en el país 12.700 empresas, según cifras del BCV; para el año 2007 que fue la última fecha del censo industrial, quedaban 5.700 y según las estimaciones de Conindustria, en estos momentos la cifra está por debajo de las 4.000, lo que indica que durante la revolución han cerrado 8.700 empresas.
Ratificó que completamente contradictoria, que viendo estas cifras, algunos empresarios aseguren que este es un modelo económico eficiente y hasta feliciten al gobierno por su aplicación.
-Yo no se que hay en la cabeza de esos industriales que dicen que este es el mejor modelo, es difícil entender qué es lo que hay en la cabeza de otros, lo que yo puedo decir es lo que está pasando en Venezuela, y estas son las cifras que lo reflejan-, aseguro Olalquiaga.
En torno al mecanismo de distribución de los Clap, Olalquiaga revela que el 88 % de los encuestados dice que preferiría comprar en un mercado donde él decida la cantidad, la calidad y la variedad de productos que necesita, sólo el 10 % privilegia los Clap.