Los Guaros de Lara (3-5) cedieron una división de honores en el Domo Bolivariano de Barquisimeto por segunda serie en fila, esta vez ante los Bucaneros de La Guaira (8-6), en enfrentamientos marcados por la ausencia de piezas importante por problemas físicos, el surgimiento de nuevos lesionados y un rendimiento por debajo de lo esperado en la línea personal y en la defensa del perímetro.
El equipo entrenado por Jorge Arrieta dominó el primer juego por 92-90 a pesar de permitir 16 triples y perdió el segundo por 78-76 tras recibir otros 10, siete de ellos a partir del tercer cuarto. Por si fuera poco, de 66 intentos en la línea personal, Guaros sólo convirtió 45.
Entraban a estos duelos con un importado menos, debido a la partida del puertorriqueño Álex Abreu de su país y tampoco participaba Rafael Guevara por una contusión en su rodilla derecha, la misma que lo hizo pasar por el quirófano el año pasado.
Del mismo modo, Heissler Guillent llegaba en situación de “día a día” tras perderse uno de los partidos de la serie contra Marinos de Anzoátegui en Puerto La Cruz por una contractura en la espalda que pasó a ser un pinzamiento en uno de los nervios de su columna, según lo informó el doctor Juan Letizia.
Guillent apenas pudo jugar dos minutos y medio en el primer partido y luego, en el tercer parcial, uno de sus suplentes, el joven Yohanner Sifontes, sufrió una luxación en el dedo pulgar de su mano izquierda que luego fue diagnosticada como fractura lineal, tras los exámenes radiológicos de rigor. “No ha sido fácil pero espero seguir recuperándome y ayudar a mi equipo”, comentó Guillent al departamento de prensa de los Guaros.
Para colmo de males, en el segundo juego, y tras haber jugado apenas seis minutos y medio con cinco puntos anotados, el escolta y alero estadounidense Zach Graham, quien arrastraba molestias en el dedo gordo de su pie izquierdo por un traumatismo, salió de la cancha con gestos de dolor, aunque por sus propios medios, y no pudo regresar a la acción.
Después de todo esto, el coach Jorge Arrieta, inconforme por no haber logrado la barrida y deseoso de llevar ese récord a .500 lo antes posible, rescató el hecho de que el juego del revés “fue bueno defensivamente” y Guillent “pudo jugar más”, en comparación con el primero.
“Los resultados no son para estar contentos. Hay lesiones que nos afectan pero hay que salir adelante. Han sido un poco accidentados los últimos juegos, tenemos muchos lesionados en el equipo pero no hay excusas. Tiramos mal los tiros libres”, reconoció el tres veces campeón de la LPB (2003, 2004, 2012).
La gerencia de Guaros tramita la llegada de un base de primer nivel que está por quedar libre de compromisos pero quizás no pueda estar antes de su visita a los Cocodrilos de Caracas (13-1), este jueves y viernes, en el Parque Naciones Unidas de la capital.