La selección de Venezuela encajó una derrota por 3-1 ante Chile en su visita al estadio Monumental de Santiago, en la jornada 14 de las eliminatorias suramericanas al Mundial Rusia-2018, castigada por un oponente que marcó un dominio abrumador y al minuto 6 ya ganaba por diferencia de dos goles, pero el técnico Rafael Dudamel, lejos de lamentar una nueva caída, su décima en el actual ciclo clasificatoria, valoró que los suyos hayan mostrado mayor atrevimiento en el segundo tiempo y estuviesen cerca de complicar al bicampeón de América.
“Hay que reconocer la contundencia, el control que tuvo el contrario en el primer tiempo y en el segundo (tiempo) me quedo con el fútbol que Venezuela fue capaz de mostrar”, señaló el timonel en la rueda de prensa posterior al desafío, de acuerdo con una nota despachada por la agencia de noticias AFP.
“Tuvimos esos 15 minutos del entretiempo para corregir y reordenarnos, poder reanimar al equipo” y en el segundo tiempo “fuimos más atrevidos y nos valentonamos con el 3-1”, añadió Dudamel ante los periodistas que le escuchaban en la sala de prensa del recinto chileno.
En su intervención post juego, el seleccionador nacional admitió que “incidencias puntuales” del árbitro uruguayo Andrés Cunha perjudicaron a la Vinotinto, aunque no le atribuyó el peso de la derrota, ajustado a lo que ocurrió en el terreno de juego. La acción a la que se refiere Dudamel fue un remate de Tomás Rincón que golpeó en el travesaño y picó violentamente en el suelo, dentro del arco, pero no fue validado como gol por el juez del partido.
Así las cosas, la tropa nacional, que comenzó con Noel Sanvicente en el timón y dio un cambio a mitad de camino para darle la oportunidad a Dudamel, continúa en el sótano de la clasificación, con apenas seis puntos de 42 disputados, producto de un triunfo, tres empates y once descalabros, sin olvidar que es la selección con mayor cantidad de tantos recibidos, al permitir 34, dos más que Bolivia, al que venció tres fechas atrás, en lo que, en su momento, fue un “espejismo”, porque de allí en adelante ha sido una historia de desazón y dolores de cabeza, como ocurría al principio del camino premundialista.