Es lunes la canciller de la República, Delcy Rodríguez, solicitó al Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) la suspensión de la sesión pautada para el martes alegando que se cometieron «graves» e «irregulares» acontecimientos contra el país suramericano.
A pocas horas de que se dé la sesión extraordinaria de la máxima instancia de la OEA donde se evaluará la crisis de Venezuela, el gobierno anunció este lunes en un comunicado que pidió a la presidencia del Consejo Permanente la suspensión de la reunión que sostiene que se hizo sin el consentimiento debido de las autoridades venezolanas.
Rodríguez señaló a Estados Unidos de dirigir un «acoso» hacia el gobierno del presidente Nicolás Maduro a través del secretario general de la organización, Luis Almagro, y un pequeño grupo de países.
«Venezuela rechaza categóricamente el plan intervencionista que una facción minoritaria de países dentro de la OEA pretende acometer», refiere el escrito en el que se advierte que de persistir Almagro en su «ilegal» y «parcializada» actuación el gobierno venezolano procederá con severidad a través de los medios diplomáticos.
La Canciller tiene previsto participar este lunes en una reunión especial de la OEA que se convocó por petición de Caracas.
Maduro rechazó el pasado sábado la convocatoria de la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, y consideró la reunión como violatoria de la normas de la organización y del derecho internacional por realizarse sin la anuencia del gobierno venezolano.
El mandatario hizo el pronunciamiento tras una conversación telefónica que sostuvo el viernes con sus pares de México y Panamá, Enrique Peña Nieto y Juan Carlos Varela.
Las convocatorias de las sesiones se dieron horas después que 14 de los estados miembros de la OEA llamaron a Venezuela a liberar a los presos políticos, convocar a elecciones y respetar las decisiones de la Asamblea Nacional. Sin embargo, dijeron que la suspensión de esa nación del organismo debería ser la última opción.
El caso de Venezuela llamó la atención de los países de la región tras un pronunciamiento de Almagro de suspender al país suramericano de la OEA si el gobierno de Maduro no celebra elecciones a la brevedad.
La OEA abordará la crisis venezolana por primera vez desde que en noviembre aprobó una resolución de respaldo al diálogo entre el gobierno y la oposición.
La compleja situación económica y social de Venezuela, agravada por una desbordada inflación de tres dígitos y severos problemas de escasez de alimentos, medicinas y otros bienes básicos, ha generado preocupación en la comunidad internacional.
A las dificultades económicas y sociales se han sumado las crecientes tensiones políticas. El Consejo Nacional Electoral, que es controlado por el oficialismo, ha demorado la convocatoria para las elecciones de gobernadores, que se pospusieron el año pasado y que se esperaban para este semestre.