Este viernes pudieron observarse en los municipios Iribarren y Palavecino señales de estar en marcha la normalización de la venta al público de la gasolina, luego de una semana de escasez y nerviosismo entre los propietarios de vehículos particulares y del transporte colectivo urbano y extraurbano.
Aunque persiste la desinformación oficial sobre las razones por las cuales muchas estaciones de servicio permanecieron cerradas desde el pasado fin de semana, o funcionando a medias, este viernes se pudieron ver las gandolas de PDVSA descargando el combustible, supuestamente, procedente del centro de distribución ubicado en Maporal, cerca de Los Cristales, en la vía Barquisimeto-Acarigua.
Las versiones extraoficiales que se recibían en Barquisimeto sobre el problema eran diversas: que los barcos que traían del exterior la materia prima para procesar la gasolina no habían llegado debido a que los proveedores esperaban de PDVSA el correspondiente pago, o que los buques venían procedentes de Estados Unidos, Curacao o hasta de España y los estaban esperando.
Al amanecer, muchos conductores acudieron a las bombas con el fin de reabastecer sus unidades temprano y aún cuando algunas permanecían cerradas, decidían esperar ante la explicación de los bomberos de que, “la gandola está por llegar; la estamos esperando”.
Sin embargo, no todas reiniciaron sus actividades durante la mañana, lo que obligaba a los usuarios, previas comunicaciones con otros, a salir de la cola y dirigirse a otro lugar donde ya estarían surtiendo, de acuerdo a la información recibida.
Para el mediodía del viernes, las colas para llegar a las estaciones de servicio no eran tan extensas como los días anteriores, e incluso, en algunas apenas las formaban no más de diez vehículos y para horas del mediodía prácticamente habían desaparecido en muchas de ellas.
Durante un recorrido periodístico por la ciudad de Barquisimeto se pudo observar que en la avenida Libertador estaba cerrada la ubicada en el sector La Botella, en Bararida, mientras las otras se encontraban activas.
En la intersección de las avenidas Venezuela y Argimiro Bracamonte funcionan tres que estaban en pleno funcionamiento, igual que la del Churun merú, que toda la semana mantuvo colas hasta más allá del colegio Padre Machado, o permaneció cerrada algunos días por no haber recibido despachos de PDVSA.
En el municipio Palavecino, la situación era prácticamente normal al mediodía en todos los expendios de combustible.
En la intercomunal Barquisimeto-Cabudare, tanto la del antiguo Barzoke como la de Valle Hondo reiniciaron sus expendios durante la mañana, desapareciendo las filas de autos, camionetas, camiones, busetas y autobuses que se observaron durante toda la semana.
Igual ocurría en la ubicada en el semáforo de entreada a Cabudare, aunque sólo había ingreso de vehículos desde la intercomunal, en sentido este-oeste.
Algunos, además de pedir a los empleados les llenaran el tanque del automotor, trataban de convencerlos para que también lo hicieran con envases, aunque no lo lograban pues les recordaban la existencia de una prohibición en ese sentido.
Pero no faltará quienes, en casa, vaciarán los tanques para guardar combustible para enfrentar una próxima escasez, algo que es prácticamente normal en Barquisimeto y Cabudare los lunes.
“Esperemos que no ocurra eso el lunes porque ya con toda una semana fue suficiente”, manifestó el conductor de una camioneta destinada a hacer transporte escolar.