Venezuela será nuevamente epicentro de debates en el seno de la Organización de Estados Americanos, con dos reuniones extraordinarias al inicio de la semana próxima, en medio de una creciente presión continental al presidente Nicolás Maduro.
Para el martes las representaciones diplomáticas de 18 países, incluyendo Canadá, Argentina, Brasil, Estados Unidos, México, Guatemala, Honduras, Jamaica y Uruguay, convocaron una reunión del Consejo Permanente para “discutir la situación” en el país suramericano, sumido en una profunda crisis política y económica.
El lunes la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, hablará ante ese foro de los 34 países de la organización, a petición de Caracas.
La OEA informó de las sesiones en dos escuetas notas, sin detallar el contenido de las presentaciones.
Pero la puesta en escena en la organización hemisférica ya se asomaba desde la semana pasada, cuando el secretario general, Luis Almagro, quien este lunes equiparó a Venezuela con una “dictadura”, emitió un voluminoso informe de 75 páginas en el que recomendó suspender del organismo continental al país en caso de que no convoque en breve elecciones generales “libres, justas y transparentes”.
Además, 14 países americanos suscribieron el jueves una declaración conjunta urgiendo a Venezuela a liberar sus “presos políticos”, devolver todas las facultades al Parlamento controlado por la oposición y convocar elecciones de gobernadores que habían sido postergadas indefinidamente el año pasado.
Los comicios presidenciales están previstos para diciembre de 2018.
“Régimen non gratum”
Los países firmantes de la declaración componen los 18 que convocan la sesión del Consejo Permanente: un número clave -la mitad más uno de los 34 miembros de la OEA-, que garantizaría la realización del debate.
Almagro expresó su respaldo a la declaración y llamó a otras naciones a sumarse, señalando que “la recuperación de la institucionalidad democrática en Venezuela es tarea de todos los países de la región”.
Almagro dijo estar “plenamente de acuerdo” con la declaración de los 14 países en que la expulsión de un país miembro “es el último recurso”.
La exclusión de Venezuela, que atraviesa una dura crisis económica, del concierto de naciones democráticas del continente enviaría un claro mensaje a la comunidad diplomática e inversionista en el mundo, dijo Almagro: el país se volvería un “régimen non gratum”.
En respuesta, Maduro ha dirigido a Almagro una letanía de insultos y lo acusa de promover una “intervención internacional”.