Aunque la ciudadanía aprecie por momentos que la Asamblea Nacional tuvo un primer año sin resultados, la realidad es que desde el 5 de enero de 2016, los diputados de oposición se han dado la tarea de investigar las irregularidades que por años fueron escondidas, dado el control que ejercía el oficialismo en el Legislativo.
Y es que al menos 87.412 millones de dólares, que al cambio representan 874 mil millones de bolívares, se perdieron producto del retraso en obras, malversación de fondos y fallas gerenciales en materia de alimentación, energía eléctrica, vialidad, hidrocarburos y salud.
Resulta lamentable que en la actualidad, Venezuela atraviese la mayor crisis de desabastecimiento y destrucción del aparato productivo, cuando en las gestiones de Carlos Osorio y Rodolfo Marco Torres, se manejaron $27 mil millones, es decir, 2.3 veces el presupuesto para el Ministerio de Alimentación en este 2017.
Por su parte, la Comisión Mixta encargada de atender la crisis eléctrica, advirtió en su informe anual que $25 mil millones se gastaron en 26 proyectos planificados desde 2005 hasta 2016, los cuales vale acotar recibieron un monto superior con el que inicialmente fue elaborado el plan. La investigación destaca que el responsable es Luis Motta Domínguez. “Casualmente” estas grandes sumas de dinero fueron administradas por dos miembros de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB).
“El monto es equivalente al 93% del dinero que se destinó al Ministerio de Salud en 2017, entre los que se incluye la atención a 11 millones de personas y la mejora de 241 centros hospitalarios”, refleja.
En tercer lugar, se reseña al ex diputado Ricardo Molina, como el autor de la pérdida de $22 mil millones. Con el monto antes descrito, se hubiesen podido construir el triple de las obras que todavía se mantienen inconclusas.
En los últimos lugares, se ubican el desfalco a Petróleos de Venezuela (PDVSA) por $11 mil millones desde 2004 hasta 2014, dinero que representa el 57% de los ingresos recibidos solamente en 2015; y la malversación de $ 1.500 millones con los que debieron construirse 6 hospitales: Materno de Apure, Hospital de Toxicología en Barinas, Cardiológico de Adultos en Caracas, Hospital de Nefrología en Guárico, Hospital de Gastroenterología en Mérida y un Centro de Oncología en Miranda.