La hermana Maigualida y el sacerdote jesuita Jorge, hablan con tanta emoción, que hasta podríamos ponerle música a la versión de danza verbal en la que ambos interactúan con la precisión, de quienes tienen mucho tiempo sabiendo que en estos tiempos de crisis moral y económica, hay poco tiempo para hacer todo lo que debe hacerse, como imperativo de vida en quienes se sienten impulsados a actuar, una vez observada la realidad desde “…la experiencia profunda de Dios”. Como corresponde a quienes conscientes de la imposibilidad de ser indiferentes, se preocupan por ver que puede hacerse para hacer un poco más vivible la situación de los grupos más vulnerables —niños, ancianos y embarazadas— que a su vez, pertenecen a los estamentos sociales en donde el populismo ha hecho mella no sólo en trastocar su vocación de trabajo, sino en excluirlos de la educación y acceso a una vida digna.
Los helechos, palmeras y verdes plantas del espacio múltiple que al mediodía es comedor de la Parroquia de Clareten la Cariuceña, parecen ser la extensión magnifica de otros verdes de la naturaleza que brota vivaz y recuerda, que la vida está en todas partes. A las doce,a salvo de la resolana, asistimos a lo que ya es diaria rutina en la comunidad: los beneficiarios del comedor, han ido sentándose en los bancos a medida que llegan, mientras reciben su carnet y su credencial, una vez anotados en las listas que agrupan los niños de 0 a 6 años; de 7 a 14; pocos adultos y los ancianos, que de estar impedidos de asistir, es enviada su comida con familiaresautorizados.
Mientras Jorge y Maigualida narran los mecanismos para concretar la idea de crear un comedor gratuito que resolviera parte de un problema que pica y se extiende, uno no puede dejar de pensar que parecieran haberse quebrado algunos valores que hicieron del venezolano, un ser cuyo deseo de ascensión social le llevaron a escoger la vía educativa como el mejor camino, para niños, jóvenes y adultos. Educación recibida también, por quienes se insertaron en la vida económicadesde los diversos niveles, que incluían un obrero especializado en el INCE, institución pagada en parte por empresarios y comerciantes, que fuera modelo por muchos años, de escuela práctica para formar mano de obra muy calificada.
El reto era ofrecer una ayuda que no fuera limosna,sino una manera digna de insertarse en un programa, que incluye la praxis del sentido de humanidad que ha de guiar cualquier iniciativa de este tipo: La voz de Jorge se intercala, mientras insisten en…” haber aprendido a humanizarnos más. Relacionamos nuestra tarea del cristiano que pone su fe al servicio de los demás, con la actividad de colaboración…Servimos a los demás, aprendimos con el trabajo y al principio, hacíamos evaluaciones al terminar la jornada. Eso nos permitió intercambiar puntos de vista y observaciones no sólo sobre los hábitos de higiene en la cocina, sino en las formas de tolerarse entre sí. Fue un proceso muy hermoso a pesar de que algunos se fueron al no entender valores como el orden y la disciplina, respeto y amor, que ha de guiarnos al servir a los demás”.
Diariamente unos 15 colaboradores trabajan 8 horas desde las 7 y 30 am. La comisión de la cocina, tiene cinco voluntarias fijas que se rotan e incluso adelantan una vez hecha la comida y repartida, parte del alimento del día siguiente. Aplican técnicas de higiene y conservación de alimentos. Sonríen con facilidad en la amplia cocina en donde el menú semanal se anuncia desde el lunes; las enormes ollas asustan a cocineros aficionados y en un recodo del cimiento, un anuncio señala el lugar paradepositar las colaboraciones económicas por su almuerzo. Las verduras del refrigerador son testigos mudos de cambios alimenticios beneficiosos y el agua potable, de salubridad. A la una de la tarde los comensales se han ido y resta arreglar dentro y afuera. Los uniformes, delantales y gorros vacíos señalarán el final de la jornada diaria.
Tiempos rudos éstos. Pese a la guitarra y el canto de Maigualida, se siente la ausencia de bullicio infantil en las mesas,aunque dentro y afuera, el sol estalla entre las plantas, iluminándolas.