Durante este foro Perspectivas Económicas 2017, Construyendo un mejor futuro para nuestros negocios, efectuado en EL IMPULSO, el sociólogo Nelson Fréitez planteó que buena parte del sector empresarial en Lara no ha dependido del Estado para sus iniciativas económicas y sus procesos de generación de excedentes.
A lo largo de su ponencia titulada Deterioro social, responsabilidad empresarial y legitimidad, dejó al descubierto los síntomas de este desgaste que sin duda afecta el reconocimiento de todos los actores de la sociedad por igual, signos que inciden en el sector empresarial venezolano pero que también pudieran dar pie a oportunidades para una mayor valoración. En este aspecto las prácticas o estrategias de responsabilidad social juegan un papel importante.
Algunos de los principales síntomas del deterioro social que remarcó el profesor tienen que ver con la velocidad del empobrecimiento de las familias venezolanas.
-En el año 2013 tenemos 34% de familias en pobreza, en 2014 pasamos a 55% y en 2016 a 81%. En pocos años la velocidad del empobrecimiento de las familias venezolanas es sumamente acelerado y de gran magnitud, según las encuestas de Condiciones de Vida de la Universidad Católica Andrés Bello,UCAB; Universidad Simón Bolívar, USB; y Universidad Central de Venezuela, UCV.
Explicó que con este volúmen de pobreza, apenas 28% de la población está beneficiada con programas sociales, por lo tanto, esa imagen que quiere dar el Estado, en cuanto a cubrir la mayor parte de la población empobrecida con programas sociales, no es cierta. Apenas 41% de la población pobre está atendida por algún programa social. 70% de la población está excluida.
Señaló el docente de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, UCLA; que tenemos un empobrecimiento acelerado y por otro lado una desatención o desprotección estatal.
-93% los hogares tienen ingresos insuficientes para comprar alimentos, esto no ocurre en ninguna parte del mundo. Venezuela, según el Índice Bloomberg, tiene la economía más miserable del planeta y también la de mayor inflación y recesión. Con una economía con estas características es lógico que las familias venezolanas se hayan empobrecido de una manera tan acelerada.
Hoy, el Cendas refiere que la Canasta Alimentaria supera los 600 mil bolívares al mes, más de medio millón de bolívares, es decir, se requieren más de 15 salarios mínimos y esto sin duda tiene una repercusión directa sobre los procesos de negociación en las contrataciones colectivas.
Aunado a esto, 73% de la población reporta pérdida de peso promedio porque las familias venezolanas no están comiendo los requerimientos básicos, proteicos y calóricos para sostenerse como lo requiere su salud.
Agregó el ponente que a la fecha 9.6 millones de personas comen una o dos veces al día, sumado a que 8% de la población está buscando los alimentos que necesita en sitios de disposición de residuos sólidos, en sitios en los que hay desperdicios de comida.
“Se calcula que entre el 8 y 10 por ciento de la población está buscando alimentos en esos sitios”. Entre las repercusiones de este deterioro social destacó que 25% de los niños venezolanos presentan desnutrición aguda y 28% está en riesgo de desnutrición, según Cáritas de Venezuela, ente que en septiembre montó un sistema de monitoreo y alerta en nutrición y salud para niños hasta 5 años.
-Nuestros niños están muriendo al momento de nacer o antes de llegar al año. La tasa de mortalidad infantil en Venezuela está en 18.6 por cada 1.000 niños nacidos, superior al rango de la Unicef que estima para Siria: 15.4 niños mueren por cada 1.000 niños nacidos: Venezuela está por encima de Siria que es un país en guerra. En 2016 murieron 4.074 bebés antes de cumplir un año, 18% más que en 2015 y 50% más que en 2014.
Las madres están llegando desnutridas al momento del parto. Amén de que 78% de los hospitales reportan escasez de distintos tipos.
Sumado a este deterioro está la inseguridad pública. Según el Observatorio Venezolano de Violencia (2016), 94% de los venezolanos opina que la violencia ha aumentado, 21% ha sido víctimas de delitos, 60% teme ser robado en su vivienda, 66% teme sufrir algún delito en las calles durante el día y 80% en el transporte público.
“Venezuela cerró 2016 con más de 28 mil homicidios violentos y tenemos la segunda tasa de homicidios más alta del mundo. Estos son algunos de los signos del deterioro social que vivimos en Venezuela pero a esto se suma el deterioro institucional”. La sociedad está tomando la justicia por sus propios medios porque considera que el Estado no lo hace es así que se registran linchamientos, saqueos, asesinatos múltiples o por motivos fútiles, incremento delictivo de menores, bachaqueo de alimentos y medicinas. Todo un conjunto de comportamientos patológicos que efectivamente no refleja ningún grado de convivencia social. “Todos estamos sometidos a una sociedad donde estos hechos están creciendo y deben ser motivo de preocupación”.