El hombre que arrolló a varios peatones en un puente de Londres y mató a un policía a puñaladas en los terrenos del Parlamento nació en Gran Bretaña y estaba fichado por los servicios de inteligencia, informó el jueves la primera ministra británica. Por su parte, el Estado Islámico a través de su agencia de noticias Amaq dijo que el atacante era uno de sus «soldados».
Theresa May dijo que se le había investigado por posibles lazos con el extremismo, pero que se le consideró una figura periférica.
La policía identificó al agresor como Khalid Masood, británico de 52 años, nacido en el sureste del país y residente actualmente en el centro de Inglaterra. Dijo que no era objeto de una investigación en curso y que no poseía «información previa sobre su intención de realizar un ataque terrorista».
Masood había cumplido condenas por asalto, posesión de armas ofensivas y trastornos al orden público.
La primera ministra hizo esas declaraciones poco después de que el Parlamento británico guardara un minuto de silencio y volviera a reunirse menos de 24 horas después del brutal ataque del miércoles, que dejó tres víctimas mortales y forzó el cierre de la sede de poder del gobierno británico.
May ofreció un desafiante discurso en la Cámara de los Comunes, en el que afirmó con sencillez: «No tenemos miedo».
Su comparecencia, que tocó varios temas, marcó un tono de firmeza y prometió respuestas sobre cómo un hombre nacido en Gran Bretaña atropelló a peatones inocentes con una camioneta deportiva por el Puente de Westminster, antes de cargar contra una cerca del Parlamento y apuñalar a un policía. La policía mató al agresor a tiros.
«Mientras hablo, millones de personas estarán subiendo a trenes y aviones para viajar a Londres y ver por sí mismos la ciudad más grande sobre la Tierra», dijo en la cámara. «Es en estas acciones, en millones de actos cotidianos, donde encontramos la mejor respuesta al terrorismo, una respuesta que niega su victoria a nuestros enemigos, que les impide ganar, que les demuestra que nunca nos rendiremos».
El Parlamento comenzó su minuto de silencio a las 9:33 de la mañana (5:33 EDT) en homenaje al policía fallecido, Keith Palmer, de 48 años, exsoldado y con 15 años de experiencia en la Policía Metropolitana. El Parlamento reanudó después sus sesiones de rutina, un acto de desafío ante los agresores de la democracia británica.
«Aquellos que cometen actos de semejante maldad y depravación como vimos ayer no pueden triunfar nunca en nuestro país y debemos asegurarnos de que no es la violencia, el odio o la división, sino la decencia y la tolerancia lo que prevalece en nuestro país», dijo el secretario de Comercio, Liam Fox.
Los legisladores de todos los partidos respondieron al unísono con palabras de aprobación.
La policía cree que el agresor actuó en solitario y no hay motivos para creer que habrá «más ataques inminentes», apuntó May.
El alcalde de Londres, Sadiq Khan, pidió a los londinenses que asistan a una vigilia con velas en la Plaza de Trafalgar el jueves por la noche en solidaridad con las víctimas y sus familias y para mostrar la unidad de la capital británica.
La Plaza del Parlamento, el Puente de Westminster y varias calles colindantes seguía acordonadas por la policía el jueves por la mañana y decenas de agentes con brillantes chalecos amarillos rodeaban el perímetro guiando a los confusos funcionarios que intentaban llegar a sus puestos de trabajo.
En el New Palace Yard del Parlamento, la policía levantó una carpa azul cubriendo el lugar donde se produjo el apuñalamiento y la balacera, y dos forenses trabajaban en una mesa cerca.
El número de víctimas mortales se redujo a cuatro personas, incluyendo el sospechoso, un agente de policía en el Parlamento y dos civiles, señaló el jefe de la unidad antiterrorista de la Policía Metropolitana, Mark Rowley. Otras 29 personas fueron hospitalizadas y siete de ellas están en estado crítico. Las autoridades siguen intentando determinar el número de «heridos que se marcharon por su propio pie», apuntó. La policía informó que el número de heridos era de 40 personas.
Una de las fallecidas era Aysha Frade, una mujer británica de madre española, según indicó el Ministerio de Exteriores de España.
Entre las víctimas había ciudadanos de 11 países, señaló May. Doce británicos, tres franceses, dos rumanos, cuatro surcoreanos, un alemán, un polaco, un irlandés, un chino, un italiano, un estadounidense y dos griegos requirieron tratamiento hospitalario. Siete de los 29 hospitalizados seguían en estado crítico, según dijo antes la policía.
Otra víctima es el turista estadounidense Kurt W. Cochran. Representantes de una iglesia mormona en Utah informaron el jueves que Cochran murió en el ataque, mientras que su esposa Melissa resultó seriamente herida.
El nivel de amenaza de terrorismo internacional en Gran Bretaña ya era alto, lo que significa que un ataque era «altamente probable».
La capital inglesa ha sido blanco de ataques terroristas varias veces en las últimas décadas. El pasado fin de semana, cientos de policías armados participaron en un simulacro de ataque terrorista en el río Támesis.
May recalcó que el ataque había sido una agresión contra «la gente libre de todo el mundo» y dijo tener una respuesta: «No nos derrotarán».
«Que este sea hoy el mensaje de esta Cámara y esta nación: nuestros valores prevalecerán», afirmó.