Con los acordes del cuatro y el ritmo de las maracas se celebró en el Conservatorio de Música Vicente Emilio Sojo el Día Mundial del Síndrome de Down, que se conmemora el 21 de marzo de cada año, decretado en el 2011 por la Organización de las Naciones Unidas para crear conciencia de inclusión para estas personas. Se escoge esta fecha para reflejar la triplicación del cromosoma 21 -que es la diferencia genética de los que tienen esta condición-, con el día 21 del mes tres.
Desde el año 1959 que fue descubierto el síndrome, ha tenido una evolución constante, se han roto paradigmas e integrado en diversas áreas laborales, sociales y el aspecto musical ha permitido un desarrollo amplio, pues les permite descubrir talentos y enfocarse en actividades que requieren rutina, pues son considerados perfeccionistas, impecables y talentosos.
En esta oportunidad, se presentaron dos ensambles, uno de música venezolana y otro de percusión, pero ambos pertenecientes al programa de educación especial que forma parte del Sistema Nacional de Orquestas y Coros, donde tocaron temas emblemáticos como ‘Caballo viejo’ del maestro Simón Díaz y ‘Moliendo café’, dedicando estas melodías a los alumnos del Taller Laboral Nueva Segovia, quienes han realizado una labor excepcional para lograr enseñar un oficio a sus estudiantes e insertarlos en el campo laboral.
El profesor de los cuatristas del ensamble de música venezolana, Anthony Terán inició la actividad de forma dinámica explicándole a los alumnos de la institución, representantes y público en general las partes de un cuatro, además Génesis Quevedo, estudiante tanto del taller como del conservatorio, demostró su talento con las maracas junto a su papá y otra representante, ambos en el cuatro.
Esta agrupación está conformada por niños y jóvenes con diferentes condiciones, por lo que el docente confiesa en una entrevista que no cuenta con una técnica diferente de enseñanza con sus alumnos de condiciones especiales, pues para él “todos son normales, de esa forma yo trabajo”, agregando que solamente con los que tienen déficit visual hay un cambio y es porque se basa en el sentido auditivo para enseñarles las notas musicales pues desarrollan oído absoluto. Sin embargo a través de talleres con otros especialistas tratan el aspecto social para que sea más fácil el aprendizaje.
“Solo tenemos un mes como ensamble, así que hemos visto una evolución increíble y lo que queremos es darlos a conocer, hacer conciertos e incluso la visión para un año es realizar una gira regional e incluso nacional si nos invitan”, relató Terán, aclarando también que son los pioneros en cuanto a los ensambles con jóvenes con discapacidades.
La perspectiva que tienen es recorrer varios núcleos para llevar este proyecto y darle mayor peso al coro de manos blancas, que ha tenido mucho éxito pero queremos crear la parte infantil de esta modalidad con la que cuentan y conectar todas las cátedras para que se desenvuelvan en diversas áreas y no en solo un ensamble.
Barquisimeto ha sido piloto no solo de ensambles, sino también, al programa como tal pues a raíz de la creación del mismo hace 20 años, se han ido implementando en otros núcleos y “la idea es que todos tengamos un sector dedicado a la educación especial”, explicó Terán, además comentó que se formó la agrupación con alumnos de clases particulares que ya cuentan con un nivel avanzado, lo que dará paso a otros músicos y ampliar los grupos especializados.
“Para mí ha sido una bendición ser el maestro de estos jóvenes, pero a la vez me siento retado porque es una responsabilidad y no es fácil pero es hermoso, tiene su compromiso, respeto y la idea es que lleven la música de la manera correcta”, expresó Terán, quien se ha visto muy inmerso en este proyecto.