Se volvieron cotidianas las quejas por parte de ciudadanos que denuncian malas condiciones en el servicio de energía eléctrica a lo largo de todo el estado Lara. Para nadie es un secreto que gran parte de la ciudad queda en penumbras en horas de la noche, que muchos habitantes han tenido que cambiar su rutina a la hora de llegar a sus hogares porque el alumbrado eléctrico en su zona es inexistente o que hay muchos sectores en donde el hampa hace de las suyas aprovechando la oscuridad del lugar.
Son continuas las quejas que reciben los trabajadores de la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec). Sin embargo, este grupo asegura que es una situación que se escapa totalmente de sus manos y que la institución se encuentra azotada por un total abandono por parte del Gobierno nacional.
Ante eso, periodistas de EL IMPULSO realizaron un recorrido por algunas de las sedes que tiene Corpoelec en la Zona Industrial de Barquisimeto. La única manera de acceder a las instalaciones sin que los vigilantes corrieran al equipo reporteril era con el apoyo de los miembros del Sindicato de Trabajadores de la Industria Eléctrica (Sitiel); puesto que muchos de sus empleados no desean que se conozca la realidad de la empresa.
Se pudo constatar que los trabajadores de Corpoelec pasan penurias no solo desde el tema reivindicativo por el incumpliendo del contrato colectivo, sino que la empresa está en total descuido y abandono desde el punto de vista de seguridad e insalubridad; es decir, no existen plenas condiciones de trabajos.
El primer edificio que fue visitado lleva por nombre Luis H. Fréitez. En el lugar se deberían encontrar las unidades de distribución tipo cesta que salen a las calles a atender a las comunidades cuando tienen alguna incidencia. Para la atención de las zonas rurales existen vehículos Toyota y los llamados machitos. Y los trabajos más completos se hacen con camiones grandes mediante la metodología de líneas energizadas.
Evidentemente los automóviles se encuentran en la institución pero más del 80 % de la flota está paralizada. El estacionamiento que debería ser una unidad de atención inmediata a la colectividad, se convirtió en un cementerio de vehículos con el logotipo de Corpoelec. En su mayoría los automóviles están paralizados por falta de cauchos, baterías y uno que otro se encuentra desvalijado.
Uno de los directivos de Sitiel, Jesús López, indicó que los jefes de la región de Corpoelec Lara se dieron a la tarea de “canibalizar” las unidades. “Los mismos jefes en vez de arreglar toda la flota que tienen paralizada mandan a desvalijar las unidades que están medio operativas para pasarle el repuesto a otro automóvil, sin importarle si la pieza sea o no la adecuada. Tan solo contamos con dos camiones para atender a todo Barquisimeto en materia de incidentes, ya sea por un apagón, el daño de un transformador o condiciones atmosféricas (…) Nosotros deberíamos atender a nuestro clientes en un rango mayor a tres horas, pero estamos colapsados, no poseemos material, ni conductores o transformadores y nos atrasamos en la atención a la comunidad”.
Lo mismo ocurre en el edificio Fermín Sánchez donde existe un departamento que se debería encargar de la instalación de servicios, pero de 49 unidades que están estacionadas tan solo 4 están operativas. López asegura que es una situación originada por la falta de mantenimiento preventivo porque las unidades salen a las calles y no las atienden o supervisan hasta que “no prenden más”.
Inseguridad laboral
En tanto, Ulises Mujica, integrante del sindicato, informó que el edificio Fermín Sánchez, según una serie de estudios, está catalogado como “enfermo”. El mismo se cae a pedazos y “el techo de asbesto podría originar cáncer de pulmón en quienes pasen mucho tiempo bajo su estructura”. Así mismo denuncia que los baños están en pésimas condiciones.
“En los centros de Corpoelec no existen condiciones de salubridad ni saneamiento. Ni siquiera le pagan al día a la cooperativa que se encarga de su limpieza ni los dotan de insumos tan básicos como el papel el baño, lo que ha ocasionado que si acaso limpian los edificios una vez por semana”, reiteró.
Es importante destacar que los trabajadores consideran que los directivos de Corpoelec no están garantizando la operatividad de la empresa. “No solo no hay condiciones de trabajo, no contamos con herramientas de trabajo y así no podemos brindar un servicio de calidad”.
Por consiguiente , Mujica relata que la institución tiene más de seis años sin dotar de uniformes a los trabajadores del área administrativa y operativa. Los obreros que están expuestos a los arcos eléctricos requieren de un uniforme que cuenta con una tela ignífuga para evitar cualquier tipo de quemadura en la piel, sin embargo, los asalariados han tenido que comprar las camisetas de sus bolsillo y ni siquiera consiguen la adecuada. Igualmente sucede con la dotación de guantes de alta tensión, en su mayoría están dañados y los pocos que quedan no les han realizado las pruebas de calidad; ante eso, los linieros eléctricos corren peligro todos los días al momento de realizar su labor y están expuestos a que ocurra un accidente laboral.
“No entendemos por qué esta actitud con la empresa y cómo un sector tan importante como el eléctrico ha llegado a caer en tanta decadencia. Queremos aclararle a la ciudadanía que los trabajadores no somos los malos, hacemos lo imposible por sacar la empresa adelante, incluso hemos costeados de nuestros mínimos ingresos el arreglo de algunas unidades. Pero si los directivos de empresa no toman las riendas, prontamente estaremos hablando de un colapso de operatividad”, expresó López.
Acoso laboral
De igual manera los trabajadores de Corpoelec le hicieron un llamado al Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laborales (Inspsasel) acerca de todas las denuncias con respeto a los problemas de salubridad, seguridad y acoso a los trabajadores. Mujica detalló que existen empleados acosados por los jefes del área comercial. “Acosan a todos los que se dedican a sacar la empresa adelante con las uñas, con su mística de trabajo y nobleza. Hemos llevado esas denuncias a todas las instancias habidas y por haber, y los dirigentes aún permanecen en el cargo y no se han tomado las cartas en el asunto”. Los sindicalistas consideran que el acoso es un pase de factura por el paro de actividades que se suscitó en el año 2016, cuando un grupo de empleados se dedicó a exigir la firma de su contratación colectiva. López hizo hincapié en que la contratación colectiva se firmó en el mes de octubre, no obstante al momento que se realizó el último aumento salarial presidencial se comenzó a incumplirla. Esto ocasionó que la mayoría de los trabajadores de Corpoelec devengen un sueldo inferior al mínimo.