Un medicamento para el colesterol de efecto prolongado reduce el riesgo de sufrir un ataque cardíaco u otros problemas graves en un 15 a 25%, de acuerdo con un estudio amplio que probablemente reavivará la polémica en Estados unidos sobre el costo de los fármacos.
Las estatinas como Lipitor y Crestor son baratas y reducen el LDL, el llamado colesterol malo, pero algunas personas no las toleran o no obtienen de ellas el efecto necesario. La nueva medicina del laboratorio Amgen, Repatha, se suministra como inyección una o dos veces por mes y corresponde a una nueva clase de fármacos que reducen el LDL a niveles sin precedentes.
Cuesta más de 14.000 dólares al año y las aseguradoras se niegan a pagar por ella sin pruebas de que reduce los riesgos cardíacos, no solo el nivel de colesterol. El nuevo estudio da esa prueba, pero el beneficio no es tan grande como esperaban algunos médicos.
Por cada 200 personas tratadas con Repatha durante dos años, tres personas menos padecerían un ataque, derrame o muerte por razones cardíacas. Pero el fármaco en sí no redujo el número de muertes.
«Es un gran beneficio», dijo el doctor Marc Sabatine, jefe del estudio, del Brigham and Women’s Hospital en Boston. Para millones de personas con insuficiencia cardíaca o en alto riesgo de padecerla, «vale la pena tomar este medicamento».
Sin embargo, el doctor Donald Lloyd-Jones, vocero de la Asociación Cardiológica Estadounidense, dijo que los resultados son modestos. «No están totalmente a la altura de lo que esperábamos», afirmó.
Para enfermos como Susan Goodreds, cuyo copago por Repatha es de 356 dólares mensuales, la elección no es fácil. «Es una medicina muy, muy cara», dijo la mujer de 74 años. «Hay que tomar decisiones difíciles para seguir el tratamiento».
Los resultados fueron publicados el viernes en el New England Journal of Medicine y analizados en una conferencia del Colegio Estadounidense de Cardiología.
Repatha y Praluent, llamadas inhibidores PCSK9, fueron aprobadas en 2015 para personas con alto riesgo heredado de colesterol o insuficiencia cardíaca que ya hubieran sufrido un infarto u otro problema.