Los empleadores que despiden a trabajadores por motivos económicos poco claros cometen un «pecado muy grave» y deben asegurar un empleo digno para todos sus trabajadores, según dijo el miércoles el papa Francisco.
Francisco hizo esas declaraciones en su audiencia pública del miércoles tras pedir que se resuelva la disputa en Sky Italia, donde los empleados afrontan recortes de empleo y traslados conforme el canal por satélite lleva sus oficinas de Roma a Milán. Francisco pidió una solución que respete los derechos de todos, «especialmente las familias».
«Aquel que por motivos económicos o para concluir negociaciones poco claras cierra fábricas y empresas y arrebata empleos, esa persona está cometiendo un pecado muy grave», dijo en declaraciones improvisadas.
Francisco se ha referido a menudo a la necesidad de que haya empleo digno para todos, lamentando la alta tasa de paro y de desempleo juvenil en Italia y otros lugares.
La audiencia se vio marcada por un emotivo encuentro al principio, cuando un pequeño grupo de peregrinos chinos se acercó de rodillas a Francisco y lloró a sus pies mientras él los bendecía en la Plaza de San Pedro. Los peregrinos dijeron proceder de Tianjin y llevaban con ellos una estatua de la Virgen.
Francisco ha trabajado para mejorar las relaciones con Beijing, en especial sobre el espinoso asunto del nombramiento de obispos.
En China hay unos 12 millones de católicos, millones de los cuales son leales al papa y practican su religión en congregaciones independientes al margen del control de la Asociación Católica Patriota China, creada por el Partido Comunista.