La selección de Venezuela mejoró su juego de manera ostensible en comparación con sus dos presentaciones previas, más solvente en defensa y con luces prendidas en ataque, pero se encontró con un agigantado portero Kevin Mier que tapó al menos tres opciones claras, y debió conformarse con un empate sin goles ante Colombia, que le reporta su primer punto en el hexagonal final correspondiente al Suramericano sub17 de Chile, pero no le permite abandonar la última casilla de la clasificación, disputadas tres fechas de las cinco programadas.
Tras una primera mitad de poca chispa e ideas nulas, la oncena nacional levantó su nivel en el cierre del partido, gracias a los cambios introducidos por el director técnico José Hernández, y fabricó tres ocasiones de peligro real entre el minuto 85 y el 90, solo que Mier, rápido en la reacción, achicó espacios de manera correcta ante disparos de José Barragán, Jan Hurtado y Brayan Palmezano, para evitar la caída de la valla colombiana y, en consecuencia, frustar el primer lauro vinotinto de la fase final.
Venezuela venía de reveses frente a Chile (1-0) y Brasil (4-0), por lo que esquivar una tercera derrota supone un alivio, porque sigue con opciones en el intento de tomar una de las cuatro plazas en juego para el Mundial India 2017, pero termina con sabor agridulce, toda vez que dispuso de numerosas oportunidades para tomar la ventaja, sin poder lograrlo, para extender a 270 la seguidilla de minutos sin marcar tantos.
La Vinotinto menor ahora tiene registro de un empate y dos derrotas, lejos de la punta, pero a una distancia no tan larga de los puestos tres y cuatro, que cierran la cuota de boletos para la cita mundialista. Es decir, las posibilidades continúan intactas, pero, está claro, es obligatorio hilar fino en los dos careos restantes, ante Ecuador (el jueves) y Paraguay (el domingo), para montarse en el avión.
De menos a más
Venezuela creció con el desarrollo del compromiso y pasó de un primer tiempo intrascendente a una etapa de complemento con muchas oportunidades, una vez Palmezano recuperó su claridad y empezó a filtrar pelotas para poner en peligro a la zaga colombiana.
Palmezano parecía conducirse a otro juego de poca relevancia, pero despertó a mediados de la segunda etapa y con ello hizo reflotar a la oncena nacional.
Una pelota al vacío suya provocó la primera ocasión de Venezuela, despejada por la defensa neogranadina ante la demora de Barragán en el remate. Después de esta acción llegaron otras tantas de idéntica característica.
El técnico Hernández metió más claridad con la inclusión de Octavio Páez y este dio un aporte importante en la pelota parada.
Los últimos minutos fueron de dominio total vinotinto y la tropa criolla hizo los méritos para llevarse los tres puntos, pero el cuidapalos colombiano, unas veces desatinado y en otras correcto, salvó con sus piernas y sus manos, siempre en el acto de achicar espacios, a los suyos para reguardar un 0-0 con más sabor dulce en el lado cafetero en el costado venezolano.