Cuba comprometió sus aspiraciones en el Clásico Mundial de béisbol, al caer 8-5 ante Japón en un dramático partido este martes, que evidenció el inconsistente pitcheo de los antillanos.
Dos jonrones de Tetsuto Yamada y un costoso error del inicialista William Saavedra dieron a Japón el triunfo en la segunda ronda del torneo.
Con ese resultado, los anfitriones quedaron a las puertas de la semifinal y los del Caribe al borde del abismo.
Los asiáticos abrieron el marcador en el ininng de apertura con el primero de los jonrones de Yamada, ante el derecho Vladimir Baños, pero Cuba ripostó y se fue arriba en el segundo por bambinazo de vuelta completa de Yurisbel Gracial con Alfredo Despaigne en circulación por boleto.
Los nipones igualaron en el tercero por el segundo de los tres sencillos del cuarto bate Yoshitomo Tsutsugoh y Cuba volvió a tomar el mando con dos en el cuarto impulsadas por imparable de Víctor Mesa, uno de los talentos que más impactado en este IV Clásico.
Luego el partido se tornó espectacular, con ambos equipos dando el máximo por la victoria.
Con el partido 5-5, los japoneses aprovecharon en el octavo una pifia de Saavedra y marcaron racimo de tres, al ligar además hit de Shogo Akiyama, fly de sacrificio del emergente Sieichi Uchikawa y el segundo vuelacercas de Yamada, que hizo explotar de júbilo a los casi 33.000 aficionados reunidos en el Tokyo Dome.
El pitcher ganador por Japón fue Ryo Akiyoshi, quien lanzó una entrada con un hit permitido, mientras que la derrota fue para el expediente del cerrador Miguel Lahera.
Yamada (4-3, dos jonrones y tres impulsadas) resultó el hombre clave a la ofensiva por los ganadores, secundado Tsutsugoh (3-3, con dos empujadas).
En Cuba sobresalieron Yurisbel Gracial (4-2, jonrón, doble y dos remolques), así como el astro Alfredo Despaigne y el receptor Yosvany Alarcón, ambos con tres hits.
Japón necesita vencer a Israel en el partido de cierre de este miércoles, para asegurar su boleto directo a Los Angeles – sede de la fase final-, pues si cae podría sobrevenir un triple empate (2-1) de ganarle también Holanda a Cuba.
Para el conjunto de Carlos Martí (último de la llave, 0-2) la única esperanza es un triunfo contra Holanda y un revés de los israelíes, lo cual produciría también un triple empate entre los tres y habría que celebrar un juego extra.