Conservar los alimentos para que perduren un poco más, debe convertirse en la prioridad de todo aquel pariente de la cocina y más en nuestros días, donde ahorrar es importante y absolutamente nada, puede perderse. ¿Vienes con el mercado? Toma en cuenta las siguientes recomendaciones y dile adiós a los dolores de cabeza
¿Te genera una preocupación el solo hecho de pensar en cómo hacer para que tus alimentos duren más luego de comprados? Así como a ti, a todos nos agobia. Sin embargo, la solución es muy sencilla y tomando en cuenta algunos consejos, todo resultará más fácil.
Todos los alimentos son de duración limitada y por ende, pueden descomponerse por la acción de microorganismos que además, generan enfermedades. Cocinemos juntos, pero antes, conservemos adecuadamente los alimentos… ¡Toma nota!
Frutas
Lo primero que debes tomar en cuenta, es que no todas las frutas maduran en el mismo tiempo, lo que quiere decir que su cuidado, varía de una a otra. Por ejemplo, para conservar los mangos, lo mejor es dejarlos en un espacio donde se encuentren a una temperatura ambiente, sin embargo, también se pueden guardar en la nevera al estar muy maduros o pelar y picar en rebanadas para congelar. Lo mismo aplica con la lechoza, el melón o la guayaba.
Con respecto a las frutas cítricas como la naranja, la mandarina y el limón, pueden mantenerse sobre algún tope en una cesta o frutero o bien, guardadas también en la nevera evitando la humedad. Duraznos, uvas, fresas, manzanas y peras, si deben estar preferiblemente refrigeradas, esto permitirá que al comerse en el desayuno, la merienda o la cena, se encuentren frescos y mantengan su vigorosidad y calidad nutritiva.
Un dato que aplica para el cambur o el plátano, es dejarlos fuera de la nevera y sin despegarlos, envolver únicamente la mano con papel transparente. Esto hará que el proceso de maduración sea un poco más lento.
En cualquiera de los casos, te recomendamos comprar frutas que sean únicamente de temporada y que estén firmes, libres de golpes o partes blandas u oscuras. Recuerda además, que lavarlas siempre será importante, muchas de ellas se consumen con la piel o la concha y por lo tanto, debemos ser precavidos con lo que estamos consumiendo.
Verduras y hortalizas
De carácter indispensable para el organismo, las verduras y hortalizas también suelen dañarse con facilidad, si no se toman las precauciones debidas. El tomate por ejemplo, debe guardarse refrigerado, preferiblemente en una gaveta libre de humedad; si se encuentra muy maduro, es preferible licuarlo y congelarlo, para luego utilizarse en salsa para pasta o en cualquier otra comida.
Por su parte, pimentón, cebolla, ají dulce, zanahoria, berenjena, calabacín, papa y remolacha, suelen ser un poco más resistentes al estar sometidas a una temperatura adecuada dentro de la nevera, pero importante, luego de lavarlas, no olvide secarlas bien, el frio y la humedad, pueden hacer que se dañen.
La lechuga y el repollo morado, deben ser almacenados también en frio, pero en un envase grande y con una servilleta grande que cubra toda la superficie. Esta tendrá la función de absorber y de evitar que las hojas o capas, puedan marchitarse. Con respecto al brócoli y al coliflor, deben mantenerse en un recipiente con tapa.
Los verdes, como cebollín, cilantro, ajo porro y apio españa, pueden picarse en trozos muy pequeños y acumularse en el congelador para usar al momento de cocinar o por el contrario, ser guardados en la nevera, en un envase rectangular y en trozos grandes extrayéndoles las raíces y lavándolos muy bien para eliminar posibles restos de tierra. Como generalmente se usan los tallos, las hojas pueden extraerse y ser almacenadas en bolsas transparentes y herméticas, para luego ser consumidas en un sabroso hervido.
Ten en cuenta que al seleccionar en el mercado las verduras y hortalizas, deben tener colores vivos y texturas firmes, sin golpes ni fisuras, al igual que las frutas.
Otros Alimentos
El ajo debe conservarse en un lugar fresco y oscuro, los huevos en lugar específico sobre una superficie especial para ellos y los enlatados, en la despensa. En el caso de los lácteos como la leche, una vez abierta, debe ser guardada en la nevera y solo por un tiempo prudencial, pues tienden a descomponerse fácilmente, al igual que el suero, el yogurt, la crema o la natilla.
Así mismo, mayonesa, salsa de tomate, mostaza o mermelada, luego de utilizarse por primera vez, deben almacenarse en los compartimientos de las puertas de la nevera, esto con la finalidad de conservar propiedades y la calidad de los productos. Mientras que el arroz, la pasta, la azúcar, la sal y el café pueden ser acumulados en un gabinete, pero con ventilación constante, en frascos especiales para ello o en el mismo empaque donde vienen, cerrados luego, con un gancho.
Finalmente, en lo que respecta a pollos, carnes y pescados, como de costumbre es habitual que estén sometidos a un proceso de refrigeración permanente, al menos que vayan a ser cocinados, en este caso, se extrae la ración a utilizar y se cocina según lo planificado en casa.