Juan Félix Sánchez, nace un 16 de mayo en San Rafael de Mucuchíes en el estado Mérida. Este hombre fue considerado sinónimo de humildad, talento innato y trabajador.
Aprendió a tejer cobijas, tuvo una faceta como titiritero, se desempeñó como juez municipal en San Rafael, fue secretario de una prefectura, payaso, maromero, participó en la reconstrucción de la Iglesia de San Rafael, levantó una cruz en el filo de El Tisure en homenaje a la Virgen de Coromoto y fue parte de la reconstrucción de la primera capilla de este lugar (denominada El Bohío), agricultor, arriero, artesano, mago, ingeniero empírico y narrador.
Se le denominaba “arquitecto autodidacta”. Quienes tuvieron la oportunidad de conocerlo expresan que fue un hombre que inspiraba tranquilidad, alegría y paz. Refieren que su vida es digna de imitar, “sus valores, costumbres y hermosa personalidad debería ser un ejemplo para todos los venezolanos y para los jóvenes de hoy”.
Recibió innumerables premios, uno de los trabajos más resaltantes de este personaje fue, como hizo de la piedra y la madera instrumentos que realmente tenían un sentido de expresión.
Lo nombraron Ciudadano ilustre, reconocido internacionalmente por sus distintos trabajos, pero muy especialmente por su calidad humana y su asombrosa humildad.
-Juan Félix Sánchez fue Premio Nacional de Periodismo, Premio Nacional de Artes Plásticas, un hombre que era la representación viva de aquel que sabe convivir con reyes y con mendigos, recibió condecoraciones en el mismo Palacio de los Espejos, atendido por presidentes y demás, y cuando tu llegabas de visita a su casa, lo menos que te ofrecía era un pocillo de peltre lleno de café-, expresó Maximiliano Pérez, amigo del personaje.
El 18 de abril se cumplen 20 años de su partida física, pero su legado “nunca va a desaparecer, porque fue un ejemplo de virtudes y valores que deben ser tomadas como modelo de vida”.