Suele identificarse una era con un periodo histórico marcado por rasgos culturales que lo distinguen de la época que la precede. La era cristiana, marcada por el nacimiento de Cristo, hace más de 1.500 años, lleva a adoptar como parte aguas de la historia, el convencional a.C y d.C. para periodizar los hechos. La segunda mitad del siglo pasado es ilustrativa de la confluencia de diferentes factores que la adjetivan. A las puertas del siglo XXI, se habla de la era de la globalización; la era de la microelectrónica; la era de la información; y se perfila la era de la sustentabilidad o sostenibilidad.
“Tengo la convicción de que es imprescindible que transitemos hacia una nueva cosmovisión que substituya la aún vigente. La idea de sustentabilidad puede ayudarnos a diseñar y dibujar una nueva visión, una nueva comprensión, una nueva cosmología, urgente y necesaria para enfrentar los enormes desafíos que enfrentamos” Así se expresa Antonio Elizalde, uno de los impulsores de la propuesta del Desarrollo a Escala Humana, con la cual se inaugura el cuestionamiento al viejo paradigma del desarrollo pensado únicamente en términos de crecimiento económico.
Refiere Carlos Cagna Vallino, que después de ganar su primer campeonato mundial de ajedrez, en 1985, Gary Kasparov, se mantuvo invicto durante una década. En 1997 fue vencido en dos ocasiones consecutivas por una computadora IBM. El jugador ruso que podía analizar de 1 a 3 jugadas por segundo lució indefenso ante la inteligencia artificial de la máquina que hacía lo mismo, pero en razón de 1 a 3 millones en un lapso similar. Se inauguraba así la era de la información. Amplía sus reflexiones, y agrega que Paris COP 21 en Diciembre’15 por sus acuerdos concretos y compromisos entre países lo deberíamos considerar un hito muy importante para el inicio de “La Era de la Sustentabilidad”. En ese Foro Mundial se definieron y acordaron los Objetivos del Desarrollo Sostenible.
Jeffrey Sachs, economista estadounidense, profesor de la Universidad de Columbia, autor del texto: “La era del desarrollo sostenible” (2014), afirma que “el desarrollo sustentable se convertirá en el principio organizador de nuestra política, economía y hasta ética en los próximos años”. Es director de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sustentable, proyecto impulsado por la Secretaría General de la ONU, el cual articula esfuerzos de la academia, la sociedad civil y el sector privado con miras a buscar soluciones para los problemas de desarrollo sustentable a escala local, nacional y global.
Para este estudioso del tema, el desarrollo humano sostenible es un método para entender el mundo. Los profesionales de este campo estudian las interacciones de la economía, el medio ambiente, la política y la cultura y cómo influyen en la prosperidad, la inclusión social y la sustentabilidad ambiental. Agrega, que “los estudiantes de desarrollo sustentable, por ende, deben aprender una amplia variedad de temas, entre ellos desarrollo económico, educación, atención médica, cambio climático, sistemas energéticos, biodiversidad y urbanización, entre otros”.
La Unesco en el 2014 publica la «Hoja de ruta para la ejecución del programa de acción mundial de Educación para el Desarrollo Sostenible», con lo cual reafirma su contribución a la difusión y apropiación del nuevo paradigma en la sociedad actual. Sin duda alguna, un concepto, una idea de naturaleza polisémica, ha generado toda una polémica, enmarcada en un proceso dialéctico y crítico que está en construcción. Estamos en la era de la sustentabilidad.