“Ellos dejaron de ser policías en el momento en que cometieron ese crimen. Se convirtieron en delincuentes. Pensaron que no tendríamos pistas pero dimos con ellos”, dejó colar un funcionario entre dientes.
El Eje de Homicidios del Cicpc Lara, logró esclarecer un caso en donde los involucrados son ocho integrantes de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y por el que se encuentra una funcionaria tras las rejas y siete efectivos evadidos de la justicia.
Los PNB son investigados por ser los autores materiales de un triple homicidio, ejecutado el 4 de febrero, en el caserío Mocundo, vía El Jebe, en el municipio Jiménez. Las víctimas identificadas fueron Héctor José León Peralta (27), Edwin Ramón Martínez León (27) y Yeison José Angulo Urriola (23).
Los jóvenes padres de familia y agricultores habrían sido raptados, posteriormente asesinados y quemados dentro del vehículo en el que se trasladaban.
Dedicados al caso
Desde el momento en que se cometió el triple homicidio, el propio comisario José Gregorio Domínguez, jefe del Cicpc Lara, habría estado pendiente de la investigación, como se informó en aquel momento en EL IMPULSO. El jefe del Cicpc ordenó a un grupo de funcionarios que se enfocaran en el caso y a los sabuesos les tocó hasta quedarse por esas zonas buscando una información que pudiera ayudarlos a esclarecer el triple homicidio.
No fue tarea fácil, confesaron. En el pueblo de San Miguel que era donde existía la mayor cantidad de testigos, muchos guardaban silencio por temor, pero con el pasar de los días comenzaron a aparecer las informaciones referentes a los tres jóvenes asesinados.
Se entrevistaron personas que dijeron mucho, otras que hablaron poco. Algunas fueron citadas nuevamente porque tenían pistas que no aportaron en un primer momento.
Aproximadamente 18 sabuesos pertenecientes al grupo del Oeste del Eje de Homicidios son los que se encargaron del caso y tras un mes de indagaciones lograron identificar a los autores del crimen como: Oficial Vanessa Alejandra Pire Yaguas (23), el inspector jefe Walter Leroy Álvarez Lugo, el oficial agregado Alexis José Colmenárez Méndez y los oficiales Jhonfer Alexander Valera Perozo, Lenín José Querales de Fréitez, Fernando Antonio Ballester Sánchez y Balbino Yohan García Hurtado, quienes forman parte de las filas de PNB.
Las investigaciones
Los sabuesos no tenían nada del caso, estaban en cero. Tras ubicar a los testigos fueron atando cabos.
Se conoció que las tres víctimas fatales habían acudido a San Miguel con la finalidad de comprar carne, ya lo habían hecho otras veces. Por ello se estacionaron en su Chery Arauca plateado en el sector El Estadio para encontrarse con el vendedor, pasaron segundos cuando fueron interceptados por un grupo comando conformado por ocho personas, entre ellos una mujer.
El grupo armado llegó en dos vehículos un Ford Fiesta rojo y un Chevrolet Aveo plateado, en ese momento el vendedor de carne iba llegando y fue corrido del sitio por los hombres armados. A los tres jóvenes los apuntaron, los neutralizaron y los metieron en los vehículos, la acción fue vista por muchas personas de la comunidad quienes comenzaron a comunicarse con la policía del estado Lara.
San Miguel es un pueblo que no tiene puesto policial, pero cercanos a la zona andaban dos efectivos de Polilara en una motocicleta y fueron enviados hasta el lugar. Se trata de unos policías un tanto mayores quienes vieron al grupo de sujetos cuando tenían esposados a los tres jóvenes y los sujetos quienes cargaban chalecos antibalas se identifican como funcionarios del Cicpc e indicaron que era un procedimiento, por lo que los Polilara se retiraron.
El grupo armado al verse descubierto agarraron a las tres víctimas y se los llevaron hacia una zona desolada. En el trayecto les pedían dinero a cambio de no hacerle nada y les decían que entregaran a un delincuente del municipio Jiménez conocido como Manuelito, pero aparentemente las víctimas no quisieron dar dinero alguno, expresaron que no tenían, pero tampoco aportaron información, por lo que el jefe de la comisión dio la orden que los “liquidaran”.
El jefe también le indicó a la mujer y a otro de los efectivos que se apostaran a 500 metros de distancia de donde metieron a las víctimas, ellos se encargaron de cuidar que nadie se acercara y no fueran interrumpidos como pasó con los efectivos de Polilara, en la primera parada.
“Los tres jóvenes fueron acostados y aparentemente con un revólver calibre 38, uno de los efectivos le disparó a cada uno. Posteriormente introdujeron los cuerpos en el carro y lo incendiaron.
Fueron tantas las llamas a las que fueron expuestos los cuerpos que se carbonizaron por completo, presentaron quemaduras de 4to grado en el 99% de su cuerpo. Quedaron irreconocibles.
Además las llamas consumieron pistas importantes como era las huellas en el vehículo, y proyectiles que pudieron haber quedado dentro de los cuerpos de las víctimas”, reveló un informante cercano a la investigación.
Dichos detalles salieron a relucir en medio de la investigación de los funcionarios del Cicpc.
En un principio varias fueron las hipótesis que rondaron en torno al triple homicidio, se hablaba de una venganza por parte de delincuentes, pues una de las víctimas habría sido testigo de un crimen en el mes de enero, otras indicaban que se habían negado a pagar una extorsión.
Los más expertos en el área de homicidios sabían que el crimen había sido cometido por funcionarios, pues entre las versiones indicaban que existía una fémina. Usualmente un grupo delictivo no lleva a ninguna mujer para cometer sus fechorías.
Otro de los detalles que revelaron los testigos fue la presencia de un arma HK, se trata de una pistola que es exclusiva de uso de la policía.
Mediante las indagaciones, las características físicas de la mujer fueron dadas con exactitud por diversos testigos. Su presencia fue lo que más resaltó en la operación, aunque ninguno de los actuantes en ningún momento tapó su rostro.
Llegaron por un teléfono
Aparte de todas las entrevistas, las evidencias colectadas en el sitio que no fueron muchas, los sabuesos optaron por afincarse fuertemente en la telefonía, comenzaron a indagar sobre los teléfonos de las víctimas fatales, los cuales no aparecieron en el lugar.
Luego de algunos días se dieron cuenta que el celular de una de las víctimas estaba siendo utilizado con otro número telefónico, al indagar supieron que estaba en manos de la oficial Pire Yaguas.
Tras hacer otras investigaciones dieron por completo con las identificaciones de todos los participantes y al menos 12 efectivos del Cicpc se trasladaron hasta el urbanismo Alí Primera, al norte de la ciudad, la tarde de este martes. Fueron hasta el puesto de la PNB en el cual funciona el cuadrante 30, allí esperaban encontrar a todos los efectivos, pero ninguno se encontraba. Unos estaban de descanso y quienes les tocaba trabajar, misteriosamente habían dejado sus armas de reglamento y no habían acudido; entre ellos estaba el inspector jefe Álvarez Lugo, quien es el jefe del cuadrante.
En el puesto policial solo se encontraba Pire Yaguas, quien efectivamente cuando le indicaron que estaba investigada por su participación en el triple homicidio, del municipio Jiménez, se dieron cuenta que cargaba consigo el celular que era de uno de los hoy occisos.
Pire Yaguas acompañó a los sabuesos y de inmediato se le notificó al comando de la PNB para la ubicación del resto de efectivos, pero la búsqueda no tuvo resultado alguno.
Los otros siete implicados se encuentran evadidos de la justicia y la Fiscalía Sexta del Ministerio Público, quien lleva las riendas del caso ya está al tanto y solicitó las órdenes de captura contra los funcionarios evadidos.