La palabra partido significa: repartir, dividir, concierto, estipulación así como también agruparse o asociarse, actividad que ocurre cuando existe la unión de un conjunto de voluntades, de ciudadanos que comparten una misma visión política, tomando en cuenta el derecho de los pueblos, constituido por nuestros ciudadanos, jurídicamente habilitados.
Los partidos políticos son agrupaciones de ciudadanos con distinto ideales unas de otras. El autor García Pelayo afirmaba con relación a la política, que es “una realidad social caracterizada por la conversión, mediante un proceso integrador de una pluralidad de hombres y de esfuerzos en una unidad de poder y de resultados, capaz de asegurar la convivencia pacifica”.
De allí entonces que los partidos deben tener por norte hacer prevalecer, especialmente lo referido a la gobernabilidad del estado y los efectos de su organización. Es por ello precisamente que los regímenes autoritarios dictatoriales, o totalitarios, manifiestan su adversidad a la existencia de la pluralidad de los partidos, pues ellos representan un freno a los abusos del poder, razón por lo cual siempre tratan de eliminarlos o suprimirlos, tan pronto alcancen el poder, obligándolos a su disolución.
Según Weber un partido político “es una asociación… dirigida a un fin deliberado, que tenga por objetivo la realización de un programa que tiene finalidades materiales o personales tendientes a obtener ideales beneficios, poder y honor”.
Históricamente el origen del partido político puede remontarse a la primera mitad del siglo XIX compuesto primero por los notables, donde se impuso la llamada clase burguesa ante la difusión de las instituciones parlamentarias en la lucha por una Constitución (nuevo pacto social); la burguesía, constituida por sectores industriales, comerciantes, abogados, que desplazaron a la vieja aristocracia como clase dominante, participando junto a los burgueses en la gestión de los asuntos públicos.
Desde la antigüedad han existido personas que a través de organizaciones políticas han deseado llegar al poder, inspirándose muchas veces en la trayectoria de un líder, quien debe ante todo ejercer en otros el poder de la convocatoria, con la intención de acceder al poder político. Con el tiempo ese líder debe ir evolucionando como persona, pasando por su actividad inicialmente primitiva, hasta lograr su autonomía individual, enfrentándose a las complejidades de la vida interna partidista, asumiendo luchas entre sus propios compañeros, quienes igualmente compiten por el acceso al poder. Cada quien tiene la importante función y la necesidad de seguir el fundamento de una ideología política, que siempre debería incluir el bien común, en pro de esa sociedad que pretende finalmente manejar y liderar, sin olvidar jamás a esa sociedad que lo eligió, para ver cambios positivos y reales, de los cuales ese mismo líder será parte de la realidad social y política que él ayudó a construir.
Entre sus muchas tareas estarán entonces las de difundir sus ideas, prestar un servicio público, luchar igualmente por las justas reivindicaciones, atender las necesidades materiales y espirituales de sus afiliados, ante un espíritu solidario que piense verdaderamente sin egoísmo sobre todo en el bien del país, participando de manera activa en la formación de los nuevos líderes de las generaciones futuras, siempre enfocado hacia la construcción de los cambios positivos y en valores que requiere con urgencia esa sociedad, donde por cierto, él mismo habita.
