Venezuela es un país donde la conversa cotidiana revela que somos emprendedores, sin embargo, cuando evaluamos las características de esos emprendimientos, observamos que por cada 10 emprendimientos que nacen tan solo uno logra superar la barrera de los tres años. Es decir, nueve futuras empresas, que pudieran generar empleos, iniciativas de responsabilidad social, productos que puedan suplir aquellos que están escaseando, se quedan en el camino, así lo expone Félix Ríos, presidente de la Asociación Civil Opción Venezuela.
Ríos es sociólogo, egresado de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), con una maestría en Gerencia Pública (IESA) y certificado como coach para el Emprendimiento y la Innovación por la Escuela Start Coaching.
¿Qué pudiera estar ocurriendo?
Explica el entrevistado que los emprendedores venezolanos se caracterizan por desarrollar microempresas.
Lamentablemente, no logran concretar iniciativas que permitan contratar a más de cinco empleados, en su mayoría están en el rubro de comercios y servicios, tienen un aprendizaje informal, no están obteniendo la formación adecuada y eso hace que no tengan suficiente diferenciación en el mercado y a su vez escasa intención para exportar. Esas características son algunas de las razones por las cuales esos emprendimientos nacen desnutridos, sin las fortalezas o las competencias para desarrollarse y mantenerse en el tiempo.
¿Qué pudiera marcar la diferencia?
Asegura Ríos que el sistema educativo podría impulsar competencias para el emprendimiento: valores, actitudes, habilidades y conocimientos que les permitan a los jóvenes, además de ver oportunidades, perseverar, trabajar en equipo y tomar decisiones. También es importante que el Estado fomente políticas públicas coherentes, acordes con la premisa que reza que somos un país de emprendedores.
-Ante la crisis del modelo rentista petrolero vale la pena que como sociedad reflexionemos en función del emprendimiento, no como una moda, sino como un camino pertinente que nos permite construir alternativas en virtud del desarrollo económico del país. Aunque a veces creo que se prostituye la palabra emprendimiento; creo que el lado bueno nos lleva a reflexionar para que como sociedad no dependamos tanto del petróleo y por el contrario se estimule desde el Estado la producción nacional y local. El emprendimiento es un medio importante para salir adelante ante la crisis que estamos viviendo en este momento.
¿Oportunidad o necesidad?
El sociólogo explica que la gente puede emprender por oportunidad o necesidad. El que sale a la calle a vender mandarinas o tomates debido a la temporada está incurriendo en la iniciativa económica que se conoce como ‘resuelve’.
-Aquí incluso hay que hacer un paréntesis porque actualmente vemos a mucha gente revendiendo o ‘bachaqueando’ y esto es un tema de reflexión porque estamos ante un dilema ético y contradictorio.
Cuando un alumno de bachillerato le dice a un profesor “¿para qué voy a estudiar? si me meto a bachaquero o monto un tarantín hago más dinero que usted”.
Es decir, mucha gente ahorita está pensando que años estudios para formarte no valen nada y que montar cualquier cosa improvisada te puede generar mejores ingresos. Pero resulta que las iniciativas por necesidad ni generan empleos formales, ni pagan impuestos. No producen bienes y servicios que agreguen valor, generen diferenciación, escalen mercados, etc.
Simplemente se trata de gente que está ‘resolviendo’. Quizás hoy tenga dinero, pero ante cambios en el entorno puede aparecer una situación de necesidad nuevamente. Si pensamos en el vendedor de mandarinas o tomates significa que este está aprovechando una situación pero sin ningún tipo de diferenciación porque en un mismo lugar pueden haber múltiples vendedores del mismo producto.
Por otra parte, el emprendedor por oportunidad, que no es oportunista, es esa persona que analiza el entorno y sus ideas de emprendimiento, valida esas ideas con su público.
-El cementerio de los emprendedores está lleno de gente que está enamorada de sus emprendimientos y al estar enamorado no eres capaz de preguntarte si la gente valida tu iniciativa, si está dispuesta a adquirir y recomprar tus productos o servicios.
Mientras no validemos nuestra idea con nuestros clientes no vamos a saber si realmente estamos identificando una oportunidad en el mercado y si no generamos esa diferenciación o enganche con el público corres el riesgo de convertirte en una empresa clon. Aquella empresa que simplemente clona ideas ya existentes en el mercado, sin una alta diferenciación, siendo entonces un emprendimiento más del montón. Cuando eres clon compites por precios. No hay posibilidades de que tú explores y explotes esa oportunidad.
Al guiarnos por ese afán de lucro sin preguntarnos cuál es el propósito vital, cuál es mi vocación, cuáles son los gustos e intereses de la gente, difícilmente se alcanzará el éxito como emprendedor.
Muchos emprendedores pero sin la calidad deseada
El investigador académico del IESA, Edwin Ojeda González, quien maneja temas gerenciales y de emprendimiento apuntó que entre los años 2011 y 2012 se desarrolló el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) por el Centro de Emprendedores del IESA, el cual arrojó números que a la fecha se mantienen.
Según el docente ese reporte indicó que de 55 países, Venezuela ocupa el puesto 12 en términos de emprendimiento, es decir, donde más emprendedores hay.
“Nosotros creemos que la tendencia se ha mantenido pero según otras cifras más recientes, del año 2015, específicamente del Índice de Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento Dinámico, el resultado fue al contrario porque de 15 economías fuimos la posición 12. Esto demuestra que tenemos gran cantidad de emprendedores pero la calidad de nuestros emprendimientos no es la deseada”.
Entendiendo como emprendimiento dinámico aquel que genera empleos, produce ingresos por encima de los 100 mil dólares al año, origina exportaciones, impacto en el PIB y crecimiento.
A juicio de Ojeda González en el país se desarrollan microemprendimientos por tanto que los emprendimientos venezolanos se enfocan más en la necesidad que en la oportunidad. Lo ideal es que fuese al revés.
En consecuencia, cuando la gente consigue algo que le genera ingresos, abandona el emprendimiento.
El reporte de 2012 también arrojó que apenas el 1,57 % de los emprendimientos se convierten en empresas en Venezuela.
“Según los académicos esto significa que si tienes algo de cero a tres años y medio, independientemente del número de empleados y ventas, para las estadísticas se considera un emprendimiento. De 3 años y medio en adelante te conviertes en empresa. Solo 1,57 % logra eso”.
El docente comenta que cuando se le pregunta a la gente qué lo motivó a emprender, muchos alegan que por oportunidad pero la proporción es ligeramente superior a necesidad.
“Mi opinión particular, y por lo general, tras conversar con los emprendedores, es que más del 60 % de las personas emprende por necesidad”.
Aunque existen más de 2,6 millones de emprendedores en el país, sólo se registran 274 mil empresas establecidas.
Varios factores pueden explicar esta situación. Desde el punto de vista del emprendedor, la formación empresarial puede ser inadecuada o insuficiente, de manera que los esfuerzos por adquirir conocimientos y herramientas gerenciales contribuirían con el aumento de la probabilidad de éxito en la carrera emprendedora. Sin embargo, no pueden obviarse factores del entorno que pueden estar influyendo de manera negativa en los resultados de supervivencia de empresas.
Fuente: GEM/IESA