Antes de que se fracturara una mano en junio, al hacer un swing, Francisco Cervelli había ingresado ya media docena de veces a la lista de los lesionados. Y el receptor venezolano no está contento por haberse perdido tanto tiempo de la campaña con los Piratas de Pittsburgh.
Cervelli se ausentó cinco semanas tras someterse a una cirugía para reparar el hueso hamatal. Incluso antes de que la fractura sanara, tuvo que jugar, soportando el dolor, pero los Gigantes le dieron descanso durante la última semana de la temporada.
“Fue algo vergonzoso, porque me tomo muy en serio este trabajo”, comentó Cervelli. “Así soy. Lo bueno es que estas situaciones nunca me desmotivan”.
Cervelli es duro, incluso para los parámetros de un cátcher. Constantemente es golpeado por lanzamientos y batazos de foul.
De 2003 a 2014, en sucursales y en el primer equipo de los Yanquis de Nueva York, soportó esguinces de rodilla así como fracturas del pie izquierdo y de la mano derecha. Sufrió además un tirón de segundo grado en un muslo, una conmoción cerebral y migrañas.
El año pasado, firmó una extensión contractual por tres años y 31 millones de dólares. Cumplirá 31 años este lunes y quiere jugar entre seis y ocho temporadas más, retirándose con los Piratas.