El aborto es uno de los más grandes riesgos que corre la mujer venezolana como parte de lo que se ha convertido en su “día a día”, porque su actividad no son únicamente las diligencias que debe realizar para comprar los insumos que le harán falta al bebé, sino que también debe hacer colas para lograr obtener una dieta medianamente decente.
Las indicaciones médicas expresan que la dama debe mantenerse cómoda a pesar de estar trabajando, largos periodos de pie pueden perjudicar su gestación y es precisamente esto, aunado a las demás condiciones a las que se someten durante horas en las largas filas, lo que podría generar una consecuencia irreversible.
Ha llegado a ser común que las mujeres en periodo de gestación se encuentren en entornos inadecuados y que, además de esto, no se tenga el trato adecuado hacia ellas, llegando incluso a ser víctimas de maltratos por parte de funcionarios que no les brindan privilegio alguno.
Si bien un aborto se puede deber a múltiples factores, varios de estos se han intensificado desde el 2015, cuando el promedio diario de pérdida del feto fue de tres por día, cifra que se ha mantuvo en el 2016, según lo informado por el director de Salud en el estado Lara, Ruy Medina.
“Actualmente incide el hecho de que las mujeres deben hacer colas desde las 3:00 de la mañana, esto colabora a la producción de estos casos”, expuso el especialista. Este tipo de hiperactividad perjudica a las embarazadas, quienes no tienen el debido descanso, todo por andar en búsqueda de alimentos, productos de limpieza personal, pañales y lactancias que no se encuentran comúnmente en el mercado venezolano, mucho menos a costos módicos.
Se debe destacar la escasez de medicamentos que impide llevar el respectivo control. Vitaminas, ácido fólico, sulfato ferroso, entre otros, dejaron de ser entregados desde hace algún tiempo en el Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (Hcuamp).
El hecho de no tener los cuidados o la dieta correspondiente golpea duramente a las embarazadas, especialmente a aquellas que sufren de alguna patología específica que puede presentar complicaciones a lo largo de su gestación.
Las pacientes hipertensas, al no encontrar su tratamiento, corren un mayor riesgo, lo mismo ocurre con las diabéticas. Esto se ha convertido en una constante que se puede convertir en la causa que genere un aborto.
En el pasado mes de febrero fueron 53 las pérdidas que tuvieron las pacientes embarazadas y, claramente muchos de estos casos no pueden encasillarse en una sola causa, pero ha sido una constante el hecho de que las damas en gestación no cumplan con los criterios médicos establecidos.
Dentro de esos no se contabilizan aquellas mujeres que llegan al centro de salud con las consecuencias que se producen al abortar de manera forzada, puesto que, por supuesto, dicho proceso no es aceptado clínicamente y por ende, acuden a manos inapropiadas para extraer al feto, poniendo en riesgo incluso su propia vida.
Desaparecidos o muy costosos
Fueron cinco las farmacias visitadas por el equipo reporteril de EL IMPULSO en búsqueda de pastillas anticonceptivas, solo en una de estas se pudo encontrar el medicamento a un costo de 47 mil bolívares, mientras que en Farmapatria solo ofrecen la “pastilla del día siguiente”.
Luinia Guerrero, jefa del servicio de emergencia ginecobstétrica en el Hcuamp, expresó que en dicho centro de salud tampoco se cuenta con la dotación de estos comprimidos como solía ser e incluso, se distribuían de manera gratuita en la consulta ginecológica.
Actualmente son dos los mecanismos anticonceptivos con los que se cuentan: la T de cobre y el Implanon.
La colocación del primero de estos se planifica con la paciente en la consulta, no requiere que esta ya haya estado embarazada, como algunos piensan. Mientras que en sala de parto se le coloca a aquellas mujeres en intracesárea o post aborto que lo soliciten.
El Implanon es el que ha tenido un gran “auge”, pues de 18 a 20 pacientes acuden por día para que se les coloque. “Se está trabajando con las puérperas adolescentes”, dijo Guerrero en referencia a aquellas jóvenes que acaban de dar a luz.
Dichas pacientes son referidas por el programa de salud reproductiva y sexual de la Dirección de Salud en Lara, cuyos integrantes realizan labores educativas en las escuelas y demás instituciones que los soliciten.
Todo esto como medida para evitar que se continúen suscitando los embarazos precoces, especialmente en aquellas adolescentes que ya han sido madres a temprana edad.
Testimonios
Maribel Rivero: Poca asistencia
Ahorita tengo la hemoglobina baja porque no se consigue hierro. Tengo siete meses de embarazo y bueno, a través de las bases de misiones es que me han podido dar algunas cajas de ácido fólico.
Yo durante mi gestación he seguido haciendo colas para poder comprar lo que necesito, si no es mucho más complicado.
El llamado se lo haría a los gobernantes, para que ayuden más.
Natalie Gutiérrez: Ayuda familiar
En mi caso cuento con la suerte de que mi familia está afuera del país y me envía las cosas, pero siempre me toca ver a las chamas embarazadas haciendo colas y que ni siquiera se les da prioridad.
Aún con la ayuda que recibo y de que trabajo en un supermercado, es difícil conseguir las vitaminas por ejemplo, además de que no son económicas.
Luinia Guerrero: Mayor colaboración
La necesidad que tienen las embarazadas son muchas, aquí en el Hospital Central hacemos lo más que podemos para atenderlas.
No puedo decir que no recibimos nada de medicamentos, porque no es así, lo malo es que no nos surten constantemente y aquí la demanda es muchísima por lo que necesitamos un flujo de entregas más consistente.
Isamar Alvarado: Realidad complicada
Tengo cuatro meses de embarazo, sigo trabajando normalmente pero tengo que hacer mi cola para comprar lo que necesito.
Ahorita las pastillas de ácido fólico y vitaminas están muy costosas, afortunadamente mi esposo trabaja y nos ayudamos, pero no es fácil.
El sueldo de una sola persona no alcanza para cubrir la cantidad de gastos que significa tener un hijo en esta época.
Emilda Sánchez: Otra época muy diferente
Cuando tuve a mis hijos no tuve que pasar por esto, hoy en día uno ve a las muchachas embarazadas pasando trabajo, haciendo colas y ni siquiera les alcanza el salario para comprar lo necesario.
Yo jamás hice cola, mi sueldo me alcanzó para comprar la comida, las cosas del bebé y pagar el alquiler; ahora da tristeza ver cómo los niños fallecen por falta de medicinas o alimentos.