El domingo a media tarde las llamas sorprendieron a los habitantes del noroeste del municipio Iribarren e incluso de otras zonas cercanas, quienes, en un principio, desconocían la razón del fuego. No pasó mucho tiempo para darse cuenta que el incendio provenía del vertedero de Pavia, lo que activó la alerta de parte de las autoridades, así como de los ciudadanos que habitan en las cercanías.
Desde el primer momento los entes competentes comenzaron a trabajar en el hecho, dado lo imponente que se veía el reto de extinguir las llamas. Protección Civil Lara, Grupo de Rescate y el Cuerpo de Bomberos de Iribarren laboran en conjunto para evitar que se siga propagando el fuego.
“Hablar de tiempo sería un error”, señaló Edinxon López, comandante de los bomberos, al asegurar que no se tiene un estimado de los días, semanas e incluso meses que podrían transcurrir para apagar el incendio en su totalidad.
El suceso tuvo inicio en el patio doméstico, lugar en donde se botan los desechos provenientes de los hogares, cuyo territorio ocupa un espacio aproximado a las 12 hectáreas, especificó. Han sido 120 horas de labores que han desempeñado los apagafuego.
López informó que si bien el evento está “controlado”, aún hay puntos calientes que deben extinguirse para librarse totalmente de las llamas, por lo que se mantendrán “inundando” estas áreas para obtener un resultado positivo.
La participación del Cuerpo de Bomberos en esta oportunidad fue más allá del uso de agua. Ha habido colaboración de las personas que hacen vida en el vertedero, quienes contribuyeron a hacer los corta fuego para crear el confinamiento de los desechos, y así impedir que otros patios puedan verse afectados.
El patio doméstico cuenta con materiales sólidos combustibles, por lo que el trabajo en el área no es sencilla. Se necesitan solo tres cosas para que haya fuego: combustible, oxígeno y calor (punto de ignición). En el vertedero se suelen tener dos de estos, el metano que produce la basura y el viento constante, pero se trata de evitar la chispa que pueda generar alguna eventualidad.
Hasta los momentos se desconoce la causa que dio inicio al incendio, dijo Miguel Rojas, presidente de Imaubar; no obstante manejan algunas hipótesis como una colilla de cigarro que hizo contacto con los desechos, un corto circuito de un camión o que alguna persona de quienes suelen extraer el cobre de los cables haya derretido el material de aislamiento y esto pudo haber producido el suceso.
Rojas destacó que en el basurero, que ocupa 200 hectáreas de terreno, se intenta tener el mayor control posible sobre los trabajadores, para evitar que estos realicen actividades de este tipo, sin embargo es algo difícil de hacer.
Esta no es la primera vez que se genera un hecho de este tipo, ya pasó en el 2015 y en ese acontecimiento el incendio se mantuvo por un mes.
Labores constantes
El equipo de Protección Civil y Grupo de Rescate se ha mantenido trabajando desde que informó de la eventualidad, su misión es estudiar aquellas zonas que pueden verse más afectadas por la cantidad de humo que se ha propagado, no solo en Pavia, sino en todo el municipio.
Al menos cinco comunidades son las que se han visto perjudicadas debido a la dirección que toman los gases durante el día y la noche, dependiendo del viento que sople.
El grupo, de al menos nueve integrantes, que ha puesto su esfuerzo por ayudar a los más delicados en la situación, ayer se dirigió a varias zonas aledañas para examinar las áreas propensas a sufrir algunos daños por la situación.
Las enfermedades respiratorias son el mayor riesgo en los residentes, y si bien estas pueden no producirse inmediatamente, en un tiempo se podrá ver las consecuencias.
Durante la revisión hecha por Protección Civil se apreció la proximidad que tiene el fuego con el patio de cauchos, una de las zonas más que genera más combustión. El equipo se mantendrá en labores para brindar su ayuda a la colectividad perjudicada por el suceso.
Comunidad La Vigía “huérfana de gobierno”
El incendio en el vertedero de Pavia sirvió para dirigir la mirada a aquellas zonas desfavorecidas que se encuentran en las adyacencias de la ciudad.
La Vigía es tan solo una de estas. Con su carretera de tierra da una idea de la poca importancia que le dan los gobernantes a quienes allí habitan.
“Hace años quedé huérfana de padre, madre y de gobierno”, aseguró Xiomara Alvarado, quien ha pasado sus 52 años de vida en el sector.
Son alrededor de 100 personas quienes habitan en el caserío, “las mismas familias de siempre” asegura. El simple hecho de acudir a la escuela para los niños que allí viven ya es un desafío, pues la institución más cercana está ubicada en Las Tinajitas.
El humo que actualmente desprende el incendio es la menor de sus preocupaciones; desde que tiene uso de razón los servicios básicos no están a su alcance.
El agua es surtida a través de camiones cisternas quienes “vienen cuando se acuerdan” siendo un camión para dos familias y con el calor de la zona “eso se evapora rapidito”.
Su sustento, y el del resto de los vecinos, se lo gana criando animales como chivos y cochinos; así como con la fabricación de lajas.
Las bolsas del CLAP para ellos son un mito y cada día deben acudir a hacer colas para lograr obtener los pocos alimentos que pueden comprar. “Aquí tú no ves ni una casa del gobierno”, dijo para dar a entender que no se tiene beneficio alguno.
Alvarado no dudó en hacer un llamado a los gobernantes quienes “solo vienen en campaña electoral”, para que se acuerden de que muy cerca de Pavia hay un caserío llamado La Vigía que tiene muchísimas necesidades.