La frase “poner toda la carne en el asador” es frecuente, común, en las acciones futboleras y el Deportivo Lara parece seguirla a pie juntillas, con el justo premio, parcialmente, porque cumplida una buena parte de la quinta fecha del torneo Apertura se muestra como el líder de la contienda después de haber batido (1-0) a Zamora FC en su reducto de La Campiña, con el plus de conservar inmaculada su valla en tres presentaciones como local, amén de otras situaciones resueltas a su favor.
Ese cóctel de conquistas que hasta los momentos exhibe el cuadro rojinegro, tiene, en lo táctico y técnico, un par de protagonistas, Leo González y Pedro Vera, quienes en dupla perfecta y amalgama de conocimientos, como lo han hecho en los últimos años en el universo venezolano, confeccionan y muestran el esfuerzo de su trabajo.
Una de las riquezas actuales es precisamente la zaga crepuscular, integrada en forma general por Ignacio Anzola, Gabriel Cíchero, Octavo Zapata y Daniel Carrillo, quienes, salvo el partido contra Mineros en Puerto Ordaz –única derrota- no ha concedido libertad alguna a los rivales, como sucedió precisamente ante Zamora después del gol de Darwin Gómez.
González y Vera, después del gol, concientes de las capacidades de sus defensores, replegaron líneas, entregaron espacios pero lograron salir airosos ante el actual campeón del fútbol nacional, que entre sus principales argumentos tiene goleadores de cartel, caso César Martínez y Eduardo Sosa, quienes no formaron parte de la alineación inicial del técnico Francesco Stifano, pero en la parte final del compromiso vinieron en recambio en las filas zamoranas con el propósito de conseguir la igualada, meta incumplida.
En orden ascendente, la infatigable tarea del sector medular también merece elogios, con la dupla Manzano-Andreutti en plan de contención del enemigo, mientras los desquiciantes Darwin Gómez y Joel Infante se encargaron de desdoblarse en base a su velocidad para la preocupación constante del rival.
Tanto rojinegros como zamoranos, al descubrirse rápidamente en sus movimientos, trabaron el partido en el sector medular, lo hicieron en un toma y dame, milimétrico, hasta que en la fracción 43, Darwin Gómez, primero volcado hacia la derecha en el cuadrante de la zona grande, luego un poco hacia la izquierda producto de un regate, para soltar un bombazo con su pierna zurda, bombazo que en forma inusitada se enterró en el final de su trayectoria a la derecha del cancerbero visitante, Carlos Salazar, quien impertérrito observó posteriormente la esférica en el fondo de la red.
Gómez, un día después, en boletín de prensa de los rojinegros dejó saber su impresión: “La verdad, muy contento porque se quedaron los tres puntos acá en casa, desde el primer día de pretemporada nos fijamos que no podíamos dejar escapar puntos acá, que debíamos hacernos fuertes de local, estamos cumpliendo con ese objetivo y ahora debemos pasar la página y preparar el partido del lunes”, tarea que debe seguir al enfrentar a un Portuguesa que trae entre sus cambios principales haber designado en las últimas horas a Carlos Horacio Moreno como su nuevo técnico.
