Por la falta de diagnóstico, tratamientos de quimioterapia y atención en los centros hospitalarios, Venezuela se ubica en la actualidad como el país con más pacientes con cáncer en estadio 4 o avanzado. Así lo denunció este viernes el presidente de la subcomisión de Salud de la Asamblea Nacional (AN), diputado José Manuel Olivares.
Señaló que lamentablemente el Gobierno ha colocado la diversidad de pensamiento por encima de los problemas de la población, pero especialmente, sobre la vida de quien sufre de cáncer, difteria o patologías cardiovasculares; según narró, en el último trimestre murieron 30 menores de edad en el cardiológico infantil de Caracas, mientras que en los últimos siete meses han fallecido por cáncer en el J.M de los Ríos al menos 31 niños.
“Venezuela tiene la mayor mortalidad de cáncer en Latinoamérica, los niños del país pierden su vida por falta de tratamiento mientras que la anti política causó que los peores llegaran a puestos de poder, este es el resultado: corrupción, desidia y muerte. Los niños han muerto por falta de medicinas, por falta de quirófano, por estar en una lista de espera. Victoria, Susana y Kevin, que hoy no están con nosotros, no tenían parcialidad política, pudieron haber crecido y conformar una familia como la mayoría de nosotros”, apuntó.
Durante su ponencia en un foro denominado La Salud en tiempos de Revolución, recordó que en el año 2016, el Parlamento se abocó y aprobó un instrumento legal que permitía atender la crisis humanitaria, sin embargo, el Tribunal Supremo de Justicia la negó porque la iniciativa surgió del adversario político y “no les interesa la vida de los venezolanos”.
No obstante, aprovechó la ocasión para agradecer la valentía y el compromiso que han adquirido los profesionales de la salud, quienes aún sin equipos óptimos, hacen lo posible para salvarle la vida al futuro del país.
“Los médicos, camilleros y enfermeros son nuestros verdaderos héroes. Gracias a ellos, hoy podemos decir que en Venezuela todavía hay un sistema de salud pública, cuyo objetivo es salvar la vida del paciente. Nunca había sido tan difícil trabajar en este sector”, sentenció.
Por su parte, Susana Álvarez, madre de una paciente oncológica que falleció, tomó la palabra para exponer que en el J.M de los Ríos, de ocho laboratorios, tres están en funcionamiento, dada la falta de reactivos y colapso de la red de aguas servidas.
“Yo asumí dos misiones: replicar la ayuda y visibilizar lo que se vive en ese hospital de referencia nacional. Puedo dar testimonio de los 31 niños fallecidos porque los ayudé y conocí. Las madres me llaman desconsoladas porque sus hijos sufren intensos dolores, por no tener un ketoprofeno para calmarlos. De esto es que debe ocuparse el Gobierno”, contó.
Cuestionó que se destinen altas sumas de dinero para la celebración de los carnavales, cuando hay tanta necesidad en la población en materia de salud. “Yo no digo que no tengamos derecho a celebrar ni a ser felices, pero cuando la gente se muere, pocos pueden estar felices”.